(720 d.C.) En la primavera del año 720 un pequeño
grupo de personas salió del Hamble para ir en peregrinación a Roma y
Tierra Santa. Era una familia de Wessex, compuesta del padre, cuyo nombre no se
menciona, y sus hijos Wilibaldo y Winebaldo. Hicieron la travesía por
el Sena, desembocaron en Rouen, visitaron varios santuarios franceses y
salieron para Roma. Pero en Lucca el padre murió y fue sepultado en
la iglesia de San Frediano. Se registraron milagros en su tumba, donde
están todavía sus reliquias y donde se observa su fiesta con devoción.
El hijo San Wilibaldo se unió más tarde a San Bonifacio y
llegó a ser el primer obispo de Eichstätt en Baviera. Los detalles
anteriores los debemos a un documento llamado el "Hodoeporicon,"
escrito por una de sus parientes, monja de Heidenheim, quien anotó los
recuerdos que tenía sobre la vida del santo, tal como él se las
relató de palabra. Dicho documento es la fuente de todo lo que sabemos del
padre de San Wilibaldo y San Winebaldo y su hermana Santa Walburga: pero esto
no era suficiente para los fieles de Lucca y de Eichstätt, que tanto veneraban
al santo varón. Entonces le inventaron un nombre "Ricardo," una
vida y una posición: "rey de los ingleses." En realidad
en Inglaterra no hubo ningún rey Ricardo antes de Corazón de León,
y nada se sabe de la condición del padre de San Wilibaldo, excepto que
tenía buena posición social, pues podía costear viajes de larga duración.
Sin embargo, aparece en el Martirologio Romano como "sanctus Richardus rex Anglorum." Lo
poco que sabemos acerca de él queda compensado por los amplios informes
dignos de confianza sobre sus hijos.
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