viernes, 31 de enero de 2020

1 de Febrero: SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA, Obispo y Mártir



SAN IGNACIO
DE ANTIOQUÍA,
Obispo y Mártir

n. hacia el año 50 en Siria;
† martirizado hacia el año 110 en Roma

El que no ama a Nuestro Señor Jesucristo, sea anatema.
(1 Cor. 16, 22)

+ San Ignacio, Obispo de Antioquía y Mártir, que gloriosamente consumó el martirio el 20 de Diciembre.

+ En Esmirna, san Pionio, Presbítero y Mártir, el cual, después de escribir apologías de la fe cristiana y sufrir una inmunda prisión, donde con sus exhortaciones esforzó a muchos hermanos al martirio, por fin, atormentado con muchos suplicios, traspasado con clavos y arrojado en una hoguera, recibió feliz muerte por Cristo. Padecieron juntamente con él otros quince.

+ En Ravena, san Severo, Obispo, elegido a causa de sus preclaros méritos, por haberse posado sobre él una paloma.

+ En Tres-Castillos, ciudad de Francia, san Pablo, Obispo, cuya vida resplandeció en virtudes, y su preciosa muerte atestiguan los milagros.

+ En Kildare de Irlanda, santa Brígida, Virgen, la cual, tocando, en prueba de su virginidad, la madera del altar, la hizo súbitamente reverdecer.

+ En Castro-Florentino de Toscana, santa Veridiana, Virgen reclusa, de la Orden de Valleumbrosa.

+ Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.

SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA,
Obispo y Mártir

San Ignacio, obispo de Antioquía, tenía en los labios, sin cesar, el nombre de Jesús. Este amor por Jesús encendió su deseo de asemejársele. Fue condenado a ser comido por los leones. Soy –dice el santo– trigo de Dios que debe ser molido por los dientes de las fieras para ser pan de Cristo. Murió pronunciando el nombre de Jesús, el año 110.

MEDITACIÓN
SOBRE EL AMOR A JESÚS

I. Jesús nos dio todo para obtener nuestro amor. ¿Quieres ser amigo suyo? Es preciso que por entero te des a Él. ¡Cuán dulce es dar el corazón, el cuerpo, el alma, a Jesús! ¡Ah! ¡cuán generoso es este Señor, cuán fiel este Amigo, cuán magníficamente recompensa este Dios a todos aquellos que le sirven! Que las creaturas no me importunen más, yo quiero ser todo de Jesús. Sufriré, mas, qué me importa. En nada tengo los suplicios, no amo esta vida hasta el punto de preferirla al Señor (San Ignacio).

II. Por nosotros ha trabajado Jesús durante toda su vida. Seamos agradecidos para con un amigo tan generoso; que nuestro amor no piense sino en Jesús, que nuestros actos sean todos para Él, que nuestra lengua en todo momento pronuncie su Nombre adorable. Amemos a nuestros parientes y a nuestros amigos porque Jesús lo quiere; hagamos bien a nuestros enemigos por amor a Él. Veamos a Jesucristo en la persona de nuestro prójimo, y el amor se nos hará fácil.

III. Para coronar la ofrenda que de ti mismo y de tus acciones le has hecho a Jesús, es preciso que las realices como Jesús las hubiera hecho. Al comenzar el día llénate de este pensamiento: Quiero ser amigo de Jesús, quiero parecerme a Él. ¿Cómo oraba a su Padre celestial? ¿Cómo conversaba con los hombres? Con frecuencia pregúntate: ¿hubiera hecho esto Jesús como yo lo hago? No te separes de Jesús, que Él sea tu compañero, tu convidado, aun más, que Cristo sea tus delicias (San Pedro Damián).

ORACIÓN
Omnipotente Dios, mirad nuestra debilidad, mirad cómo el peso de nuestras propias obras nos agobia, y fortificadnos por la gloriosa intercesión de San Ignacio, vuestro mártir y pontífice. Por J. C. N. S.

Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.

jueves, 30 de enero de 2020

31 de Enero: SAN JUAN BOSCO, Confesor



SAN JUAN BOSCO,
Confesor

n. 16 de agosto de 1815, I Becchi, Italia;
† 31 de enero de 1888, Turín, Italia

Patrono de estudiantes; jóvenes; niños; adolescentes; muchachos; aprendices; obreros; editores.

Quien quisiere salvar su vida (obrando contra mí), la perderá; mas quien perdiere su vida por amor de mí, la encontrará. (Mateo 16, 25)

+ En Turín el nacimiento al cielo de san Juan Bosco, Confesor, Fundador de la Sociedad Salesiana y del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora; insigne por el celo de las almas y por la propagación de la fe: al cual el Sumo Pontífice Pío XI puso en el catálogo de los Santos.

+ En Roma, en la vía Portuense, los santos Mártires Ciro y Juan, que por confesar a Cristo, después de muchos tormentos, fueron decapitados.

+ En Alejandría, el triunfo de san Metrano, Mártir, a quien imperando Decio, por negarse a proferir, como los paganos le mandaban, palabras impías, molieron a palos todo el cuerpo, y taladrándole ojos y rostro con cañas agudísimas, sin cesar de atormentarle, le arrojaron fuera de la ciudad, y allí le apedrearon hasta expirar.

+ Allí mismo, los santos Mártires Saturnino, Tirso y Víctor.

+ También en Alejandría, los santos Mártires Tarsicio, Zótico, Ciríaco y sus Compañeros.

+ En Cícico del Helesponto, santa Trifena, Mártir, la cual, superados muchos tormentos, finalmente muerta por un toro, mereció la palma del martirio.

+ En Módena, san Geminiano, Obispo, ilustre por la gloria de los milagros.

+ En territorio de Milán, san Julio, Presbítero y Confesor, en tiempo del Emperador Teodosio.

+ En Nápoles, san Francisco Xavier María Bianchi, Confesor, Clérigo Regular de san Pablo, ilustre por los prodigios, dones celestiales y su admirable paciencia; al cual el Papa Pío XII elevó a los supremos honores de los santos.

+ En Roma, santa Marcela, Viuda, cuyas preclaras alabanzas escribió san Jerónimo.

+ También en Roma, la beata Luisa Albertonia, Viuda Romana, de la tercera Orden de san Francisco, esclarecida en virtudes.

+ El mismo día, la Traslación de san Marcos Evangelista, cuando su sagrado cuerpo, de Alejandría, ocupada a la sazón por los bárbaros, conducido a Venecia, fue allí solemnísimamente colocado en la Iglesia mayor, dedicada a su nombre.

+ Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.

SAN JUAN BOSCO,
Confesor

Nacido en 1815, San Juan Bosco, hijo de humildes campesinos, perdió a su padre a la edad de dos años y fue educado por su piadosa madre Margarita. Desde que fue elevado al diaconado, comenzó a reunir, los domingos, a los obreros y niños abandonados de Turín. Construyó para ellos un asilo y una iglesia, dedicada a San Francisco de Sales. En 1854, sentó las bases de una nueva congregación, la de los salesianos, que hoy se llaman sacerdotes de Don Bosco; en 1872, fundó las Hijas de María Auxiliadora. Murió el 31 de enero de 1888, venerado por todo el mundo por su santidad y sus milagros.

MEDITACIÓN
SOBRE LA NECESIDAD DE MORTIFICARNOS

I. Aquél que odia su alma en este mundo, la conserva para la vida eterna. Estas palabras de Nuestro Señor indican la necesidad que se nos impone de mortificarnos. La ciudad de Babilonia, es decir, de los réprobos, comienza por el amor a sí mismo y termina por el odio a Dios, dice San Agustín. La ciudad de Jerusalén, es decir, de los predestinados, comienza por el odio al cuerpo y termina por el amor a Dios. El amor a Dios crecerá en ti en la misma proporción que el odio a tu cuerpo. Mide con este metro: para conocer en qué medida eres perfecto, considera en qué medida te mortificas.

II. Tu mortificación debe comenzar cortando por lo vivo todos los placeres y deseos que pudieran impedirte cumplir los mandamientos de Dios. Corta todo lo que pueda impedirte cumplir con los deberes que te impone el estado de vida que hayas abrazado. En fin, hay una mortificación que no es como la anterior, obligatoria, sino sólo de consejo; consiste en abstenerse aun de los placeres permitidos. Es la que practican las almas santas; ¿las imitas?

III. La mortificación será para ti cosa fácil, si consideras que ella te impide caer en muchas faltas. Además, eres pecador: debes, pues, hacer penitencia y mortificarte para disminuir, por compensación, lo que debes a la justicia de Dios en el purgatorio. Eres cristiano: ¿concuerda acaso el vivir en el placer y adorar a un Dios crucificado? No temas los rigores de la mortificación; ella posee dulzuras escondidas que sólo pueden gustar los que la abrazan decididamente. Ves la cruz pero no conoces sus consuelos (San Bernardo).

La imitación de Jesucristo.

Orad por la educación de la juventud.

ORACIÓN
Señor, que habéis hecho de San Juan Bosco, vuestro confesor, padre y maestro de los adolescentes, y habéis querido hacer florecer en la Iglesia, por su intermedio, nuevas familias religiosas con la ayuda de la Santísima Virgen María, haced que inflamados con el mismo amor busquemos las almas y os sirvamos sólo a Vos. Por J. C. N. S.

Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.

miércoles, 29 de enero de 2020

30 de Enero: SANTA MARTINA, Virgen y Mártir



SANTA MARTINA,
Virgen y Mártir

† martirizada hacia el año 228

Patrona de las madres en la etapa de lactancia.

Nadie puede servir a dos señores. (Mateo 6, 24)

+ Santa Martina, Virgen y Mártir, cuyo triunfo se conmemora el primero de Enero.

+ En Edesa de Siria, san Barsimeo, Obispo, que, habiendo convertido a la fe muchos Gentiles y enviádolos delante de sí a la corona, los siguió, en el imperio de Trajano, con la palma del martirio.

+ En Antioquía, el martirio de san Hipólito, Presbítero, el cual, engañado algún tiempo por el cisma de Novato, muy pronto, enmendado por la gracia de Cristo, volvió a la unidad de la Iglesia, y por ella y en ella consumó después un ilustre martirio. Preguntado por sus discípulos cuál fuese la secta verdadera, execró el dogma de Novato, y, afirmando que debía conservarse la fe que la cátedra de Pedro custodiaba, presentó el cuello al verdugo.

+ En África, el triunfo de los santos Mártires Feliciano, Filapiano y otros ciento veinticuatro.

+ Igualmente san Alejandro, el cual fue apresado en la persecución de Decio, y siendo ilustre por las canas venerables de su ancianidad y por haber dos veces confesado la fe, entregó su espíritu en medio de los tormentos.

+ En Edesa de Siria, san Barsen, Obispo, ilustre por el don de curaciones; el cual, de orden de Valente, Emperador Arriano, relegado por la fe católica a lejanas tierras y fatigado con mudar tres veces el lugar de su destierro, acabó la vida.

+ En Jerusalén, el nacimiento para el cielo de San Matías, Obispo, de quien se narran hechos maravillosos y llenos de fe; el cual, en el imperio de Adriano, habiendo padecido mucho por Cristo, por último descansó en paz.

+ En Pavía, san Armentario, Obispo y Confesor.

+ En Maubeuge, monasterio de Henao, santa Aldegunda, Virgen, en tiempo del Rey Dagoberto.

+ En Viterbo, santa Jacinta de Mariscottis, Virgen, de la tercera Orden de san Francisco, insigne en penitencia y caridad, que fue canonizada por el Papa Pío VII.

+ En Milán, santa Sabina, mujer religiosísima, que haciendo oración junto al sepulcro de los santos Mártires Nabor y Félix, descansó en el Señor.

+ En territorio de París, santa Batilde, Reina, ilustre por la santidad y por la gloria de los milagros.

+ Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.

SANTA MARTINA,
Virgen y Mártir

Santa Martina, virgen romana, quedó huérfana a una edad todavía tierna, y distribuyó entre los pobres los cuantiosos bienes que le habían dejado sus padres. Por rehusarse a sacrificar a los ídolos fue sometida a horribles torturas y, después, condenada a ser arrojada a las fieras. Respetada por éstas y habiendo, enseguida, pasado sana y salva por las llamas en las que fuera arrojada, fue, finalmente, decapitada. En el momento de su muerte, un terrible temblor sacudió la ciudad de Roma, y muchos idólatras se convirtieron a la fe cristiana.

MEDITACIÓN
ES PRECISO SER TOTALMENTE DE DIOS

I. Acaba Martina de perder a sus padres y ya se desembaraza de sus riquezas para darse a Dios sin reserva. El medio que debemos emplear para ser totalmente del Señor es el desapego del mundo. Si tu posición no te permite dar tus bienes a los pobres como hizo Martina, desapega tu corazón, por lo menos, de las riquezas y de las vanidades mundanas. No se puede servir a dos señores a la vez, no se puede ser al mismo tiempo de Dios y del mundo. Elige, de estos dos partidos, el que te es más ventajoso. ¿Necesítase pensar mucho cuando se trata de darse a Vos, oh Dios mío?

II. Piensa en las recompensas que acuerda el mundo a los que le sirven. Salomón fue colmado de todos los bienes de la tierra y, sin embargo, declara que todo es vanidad. Pregúntate a ti mismo. ¿No es verdad, acaso, que estás ya disgustado de los bienes del mundo apenas tienes su posesión; que nunca ha estado contento tu espíritu y que siempre algo le ha faltado a tu felicidad? Mundo falaz, ¿por qué nos prometes tantas cosas que no puedes dar? (San Agustín).

III. Si quieres realmente confesar la verdad, convendrás conmigo en que nunca has sido más dichoso ni has estado más contento que después de haber cumplido algún acto de virtud. Si tan liberalmente Jesucristo te recompensa en este mundo, ¿qué no te reservará para el otro? Si los placeres que el demonio te ofrece están mezclados con tanta amargura, ¡cuáles no serán los tormentos que te prepara! Entrégate a Dios y verás que no hay placer comparable al que se gusta en el servicio de este bondadosísimo Señor. ¿Qué placer más grande que el disgusto del mismo placer?

El amor de Dios.

Orad por la conversión de los idólatras.

ORACIÓN
Oh Dios, que, entre otros milagros de vuestro poder, habéis hecho obtener la victoria del martirio a una tierna niña, haced que celebrando el nacimiento al cielo de la bienaventurada Martina, virgen y mártir, nos aprovechemos de sus ejemplos para llegar hasta Vos. Por J. C. N. S.

Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.

martes, 28 de enero de 2020

29 de Enero: SAN FRANCISCO DE SALES, Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia



SAN FRANCISCO DE SALES,
Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia

n. 1567 en Sales, Saboya;
† 28 de diciembre de 1622 en Lyon, Francia

Patrono de escritores; autores; prensa católica; periodistas; educadores; profesores; confesores; sordos. Protector contra la sordera.

Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis el reposo para vuestras almas. (Mateo 11, 29)

+ San Francisco de Sales, Obispo de Ginebra y Doctor de la Iglesia, Patrono principal delante de Dios de todos los Escritores católicos, que en los diarios y otros escritos destinados al público, ilustran, propagan y defienden la Cristiana sabiduría; el cual subió al cielo el día 28 de Diciembre; pero su fiesta se celebra principalmente en este día, por causa de la Traslación de su cuerpo.

+ En Tréveris, el tránsito, de san Valerio, Obispo, que fue discípulo del Apóstol san Pedro.

+ En Roma, en la vía Nomentana, el triunfo de los santos Mártires Papías y Mauro, soldados, imperando Diocleciano, a los cuales el Prefecto de la ciudad, Laodicio, la primera vez que confesaron a Cristo, mandó golpear la boca con piedras, y así arrojarlos a la cárcel, después apalearlos y últimamente herirlos con plomadas, hasta que expirasen.

+ En Perusa, san Constancio, Obispo y Mártir, el cual, juntamente con sus Compañeros, en tiempo de Marco Aurelio, por defender la fe, recibió la corona del martirio.

+ En Milán, san Aquilino, Presbítero, al cual los Arrianos atravesaron con una espada la garganta, y así fue coronado del martirio.

+ En Edesa de Siria, los santos Mártires Sarbelio y Bárbea, su hermana, los cuales, habiendo sido bautizados por san Barsimeo Obispo, en la persecución de Trajano, siendo Presidente Lisias, fueron ambos coronados del martirio.

+ En el territorio de Troyes, san Sabiniano, Mártir, que de orden del Emperador Aureliano por la fe de Cristo fue degollado.

+ En Bourges de Aquitania, san Sulpicio Severo, Obispo, esclarecido en virtudes y erudición.

+ Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.



SAN FRANCISCO DE SALES,
Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia

Este santo ha sido la gloria de su siglo, el modelo de los hombres apostólicos y de los obispos, el doctor universal de la piedad y del amor de Dios. Su cuerpo en Annecy y su corazón en Lyon han obrado infinidad de milagros devolviendo la salud a los cuerpos; pero su espíritu, siempre vivo en sus libros, obra maravillas mucho más sorprendentes convirtiendo a los pecadores. Tan llena está su vida de nobles acciones, que es difícil resumirla; tan conocida de todos, por otra parte, que no es necesario referirla. Murió en Lyon en 1622.

MEDITACIÓN
SOBRE EL CORAZÓN DE SAN FRANCISCO DE SALES

I. El corazón de San Francisco de Sales ardía con el fuego del amor divino. Este amor le hizo emprender todo lo que juzgó apto para contribuir a la gloria de Dios y a la salvación del prójimo. Sus predicaciones, sus pláticas, sus libros, son pruebas de esta verdad. ¡Ah! si amases a Dios como él, te burlarías de las riquezas, de los placeres, de los honores, y no dejarías perder las ocasiones de incitar a los demás a amar al Señor. ¡Oh Dios que sois tan amable! ¿por qué sois tan poco amado? ¡Oh fuego que siempre ardéis, fuego que nunca os extinguís, abrasad mi corazón!

II. El corazón del Santo sólo tenía dulzura y ternura para el prójimo; después de su muerte no se le encontró hiel en el cuerpo. Consolaba a los enfermos, daba limosna a los pobres, instruía a los ignorantes, y con su afabilidad trataba de que se le allegasen los pecadores, a fin de conducirlos enseguida al redil de Jesucristo.

III. Ese corazón, en fin, que era todo amor para Dios y toda dulzura para el prójimo, trataba a su cuerpo como a enemigo; para domar sus pasiones no retrocedía ante mortificación alguna, ante sacrificio alguno. Examina la causa de tus penas, y verás que provienen de las pasiones que no supiste domeñar. Aquél que ha vencido a sus pasiones adquirió una paz duradera.

La dulzura.

Orad por la orden de la Visitación.

ORACIÓN
Dios, que habéis querido que el bienaventurado Francisco de Sales, vuestro confesor y pontífice, fuese todo para todos para salvar a las almas, difundid en nosotros la dulzura de vuestra caridad, y haced que, dirigidos por sus consejos y asistidos por sus méritos, lleguemos al gozo eterno.
Por J. C. N. S.

Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.

lunes, 27 de enero de 2020

28 de Enero: SAN PEDRO NOLASCO, Confesor



SAN PEDRO NOLASCO,
Confesor

n. hacia el año 1182 en Languedoc, Francia;
† 25 de diciembre de 1258

Nadie tiene amor mayor que el que da su vida por sus amigos. (Juan 15, 13)

+ San Pedro Nolasco, Confesor y Fundador de la Orden de santa María de la Merced, redención de cautivos; el cual durmió en el Señor el 25 de Diciembre.

+ En Roma, la segunda fiesta de santa Inés, Virgen y Mártir.

+ En Alejandría, el tránsito de san Cirilo, Obispo de la misma ciudad, Confesor y Doctor de la Iglesia, el cual, preclarísimo defensor de la fe católica e ilustre en santidad y doctrina, descansó en paz. Su fiesta se celebra el 9 de Febrero.

+ En Roma, san Flaviano, Mártir, que. padeció en tiempo de Diocleciano.

+ En Alejandría, el suplicio de muchísimos santos Mártires, los cuales, celebrando tal día como hoy en la Iglesia los sagrados misterios, fueron muertos con varias clases de suplicios por la facción de Siriano, Caudillo Arriano.

+ En Apolonia, los santos Mártires Leucio, Tirso y Calinico, atormentados de muchas maneras en el imperio de Decio; el primero y el último de ellos consumaron el martirio, siendo degollados; Tirso, llamado por una voz celestial, entregó su alma a Dios.

+ En la Tebaida, los santos Mártires Leónides y sus Compañeros; los cuales, en tiempo de Diocleciano, consiguieron la palma del martirio.

+ En Zaragoza de España, san Valerio, Obispo.

+ En Cuenca de España, el nacimiento para el cielo de san Julián, Obispo, el cual, distribuyendo a los pobres los bienes de la Iglesia y buscando para sí el sustento con el trabajo de sus manos, a imitación de los Apóstoles, esclarecido en milagros, descansó en paz.

+ En un monasterio de Riomé, en Francia, la dichosa muerte de san Juan, Presbítero, varón consagrado a Dios.

+ En Palestina, Santiago el Ermitaño, que, después de haber caído en pecado, vivió mucho tiempo escondido en un sepulcro, haciendo penitencia, y, esclarecido en milagros, pasó al Señor.

+ Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.

SAN PEDRO NOLASCO,
Confesor

San Pedro Nolasco fue toda su vida un modelo de caridad. Consagró su fortuna entera al rescate de los cristianos que caían en manos de los infieles. La Santísima Virgen se le apareció y le ordenó fundara una orden cuya principal finalidad sería la de ejercer la caridad para con los pobres cautivos. Emprendió el santo la obra y a la nueva orden llamola de la Merced. Murió el día de Navidad del año 1256.

MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA DE SAN PEDRO NOLASCO

I. El primer efecto de la caridad de nuestro santo fue consagrar todos los bienes al alivio de los desventurados; por ahí debes comenzar a imitarlo. ¿Qué has hecho hasta ahora para aliviar a tu prójimo en sus necesidades? ¿Qué puedes hacer? Por lo menos ruega a Dios por él, si no puedes hacer más. Sufre con paciencia las imperfecciones de los demás.

II. El segundo efecto de su caridad fue obligarse, con voto, a sacrificar su libertad, si era necesario, para el rescate de los cautivos. ¿Cómo comprometerías tu libertad por el prójimo, tú, que le rehusas una moneda? Sin embargo, por ti ha pagado Jesús y quiere que le pagues lo que le debes, en la persona del prójimo. Visita a los encarcelados, consuela a los afligidos y cuídate de no afligir a nadie con tus palabras o tu mal humor. Esa persona a quien menosprecias es más cara a Jesús que el mundo entero.

III. El propósito principal de este ilustre fundador fue arrancar de la perdición eterna las almas de los cristianos a quienes el tedio de una prolongada cautividad invita a renegar de la fe; así quería, al mismo tiempo, salvar el cuerpo y el alma de esos desventurados. La mejor caridad que puedes hacer a tu prójimo es contribuir a la salvación de su alma; no pierdas ocasión alguna de hacerlo, todas son preciosas.

La caridad para con el prójimo.

Orad por los pobres cautivos.

ORACIÓN
Oh Dios, que enseñasteis a San Pedro Nolasco a imitar vuestra caridad, inspirándole fundara en vuestra Iglesia una nueva familia para el rescate de los cautivos, concedednos por su intercesión que, libres de la servidumbre del pecado, gocemos en el cielo de libertad perpetua. Por J. C. N. S.

27 de Enero: SAN JUAN CRISÓSTOMO, Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia



SAN JUAN CRISÓSTOMO,
Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia

n. hacia el año 347 en Antioquía;
† hacia el año 407

Patrono de oradores; predicadores; conferencistas; expositores; quienes sufren de epilepsia. Protector contra la epilepsia.

Ésta es la voluntad de Dios, que obrando bien tapéis la boca a la ignorancia de los hombres necios. (1 Pedro 2, 15)

+ San Juan Crisóstomo, Obispo de Constantinopla, Confesor y Doctor de la Iglesia, celestial Patrono de los Oradores sagrados, que descansó en el Señor el día 14 de Septiembre. Su sagrado cuerpo, trasladado tal día como hoy, en tiempo de Teodosio el Joven, a Constantinopla, y de allí, más tarde, a Roma, fue depositado en la Basílica del Príncipe de los Apostóles.

+ En Brescia, el tránsito de santa Ángela Mérici, Virgen, de la tercera Orden de san Francisco, que fundó la Congregación de Vírgenes de santa Úrsula, cuyo principal cargo fuese enderezar a las niñas por los caminos del Señor. Su festividad, por decreto del Papa Pío IX, se celebra el 31 de Mayo.

+ En Mans de Francia, el tránsito de san Julián, primer Obispo de aquella ciudad, enviado allá por san Pedro a predicar el Evangelio.

+ En Sora, san Julián, Mártir, el cual, en la persecución de Antonino y siendo Presidente Flaviano, fue preso, y habiéndose caído el templo de los ídolos mientras él era atormentado, cortada la cabeza, recibió la corona del martirio.

+ En África, san Avito, Mártir.

+ Allí mismo los santos Mártires Dacio, Reatro y sus Compañeros, martirizados en la persecución Vandálica.

+ Igualmente, los santos Dativo, Julián, Vicente y otros veintisiete Mártires.

+ En Roma, san Vitaliano, Papa.

+ En el monasterio de Bovon, en Francia, san Mauro, Abad.

+ Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.


SAN JUAN CRISÓSTOMO,
Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia

He aquí el modelo del orador cristiano; escucha sus palabras, imita sus ejemplos. A nadie deja de fustigar, porque a nadie teme; sus palabras son de oro todas, de oro abrasado por el fuego del Espíritu Santo. Su elocuencia es divina, inquebrantable su paciencia, su vida toda celestial. Aconteció su muerte en el año 407.

MEDITACIÓN
SOBRE EL BUEN EJEMPLO

I. San Juan Crisóstomo predicaba tanto con sus ejemplos como con sus discursos. El buen ejemplo produce tres diferentes impresiones en nuestro espíritu. Nos hace amar lo que admiramos, pues la virtud tiene encantos que arrebatan nuestro corazón; en segundo lugar, nos hace falta desear llegar a ser semejantes a los que admiramos; en fin, facilita la práctica de la virtud. Cada uno de nosotros querría ser virtuoso si no existieran las dificultades que imaginamos que encontraremos en el camino de la virtud. El buen ejemplo derriba este obstáculo al mostrar que no es difícil hacer lo que tantos jóvenes y tantas personas delicadas hacen sin pena, y aun con placer. Ánimo, alma mía, nada han hecho los santos que no puedas llevar a cabo con la gracia de Dios.

II. Nada podemos hacer que sea más agradable a Dios, más útil al prójimo y a la salvación de nuestra alma, que predicar la virtud con nuestro ejemplo. Los justos, dice San Juan Crisóstomo, son cielos que narran la gloria de Dios y dan a conocer su poder y su bondad. Acaban la obra de la Redención, convirtiendo al prójimo mediante su vida santa. ¡Qué felicidad para ti, poder contribuir con tus buenos ejemplos a la conversión de un alma por la cual ha muerto Jesucristo, y que sin ti no hubiera aprovechado la sangre derramada por el Salvador! ¿Dejará Dios de recompensar tu celo?

III. Realiza todas tus acciones por el doble motivo de agradar a Dios y edificar al prójimo. Suprime tus acciones, aun las indiferentes, que puedan escandalizar a tu hermano. ¡Jesucristo murió por él y tú no te quieres privar de un pequeño placer para contribuir a su santificación! Señor, si no puedo predicar la modestia y la humildad desde el púlpito, las predicaré mediante una vida humilde, mediante un exterior modesto y recatado. Es el medio con que cuento para imitaros, oh Señor Jesús, a Vos que durante treinta años nos habéis enseñado con vuestro ejemplo, y que sólo durante los tres últimos años de vuestra vida predicasteis. El testimonio de la vida es más eficaz que el de la lengua: cuando la lengua calla, hablan los actos (San Cipriano).

El respeto por la palabra de Dios.

Orad por los predicadores.

ORACIÓN
Señor, dignaos difundir cada vez más las riquezas de vuestra gracia en vuestra Iglesia, que habéis querido ilustrar con los gloriosos méritos y doctrina de vuestro confesor San Juan Crisóstomo. Por J. C. N. S.

Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.

Sermón del Tercer Domingo después de Epifanía - P. Ariel Damin

domingo, 26 de enero de 2020

Nocturnos del Tercer Domingo después de Epifanía y de San Policarpo










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26 de Enero: SAN POLlCARPO, Obispo y Mártir



SAN POLlCARPO, 
Obispo y Mártir

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados.(San Mateo, 5, 6).

   Policarpo va a Roma a consultar al Papa Aniceto, y es recibido por éste con muestras del mayor res peto. Marción lo encuentra y le pregunta si lo conoce. "Sí, responde el santo al hereje, yo te conozco como al hijo mayor de Satanás". De vuelta a Esmirna, se lo quiere forzar a que injurie a Jesucristo. "Hace ochenta y seis años que lo sirvo, responde, y ningún mal me ha hecho. ¿Cómo, pues, podría injuriar a mi Rey y Salvador?" Se lo pone en la hoguera, cúrvanse como un arco a su alrededor las llamas. Se le da un lanzazo, y la sangre brota de la herida en tan gran cantidad que apaga el fuego.

MEDITACIÓN
SOBRE LA JUSTICIA

I. Da a Dios lo que le debes: obediencia como a tu soberano, amor y reconocimiento como a tu padre y bienhechor. ¿De quién has recibido más y de quién esperas más? Es pues muy justo que lo ames sobre todas las cosas, y que pierdas tus riquezas, tus honores y tu vida antes que ofenderlo. ¿Cómo te conduces con Dios? Si no le tributas los deberes que la justicia te impone, un día experimentarás los terribles efectos de su cólera. ¡Ah! Señor, no entres a juicio con tu siervo (Salmo 142).
   
II. Debes respeto y obediencia a tus superiores como a Jesucristo; debes amar a tus iguales como a hermanos; debes tener caridad para tus inferiores, pues son miembros de Jesucristo. Interpreta para bien todos los actos de tu prójimo, y no te inquietes por lo que se piense de ti. Piensa de Agustín lo que quieras, con tal que mi conciencia nada me reproche delante de Dios. (San Agustín).
   
III. Hazte justicia a ti mismo, poniéndote debajo de todos los demás; condena tus faltas; cuando te acusen, rara vez toma la palabra para defenderte. Sujeta tu cuerpo a tu alma, tu alma a la razón y tu razón a Dios: he aquí el orden establecido por Dios y que debes observar. Júzgate tú mismo con tanta severidad cuanta empleas en criticar los actos de los de más, y nada tendrán los hombres que reprenderte.


La fidelidad a la gracia

Orad por la conversión de los herejes.

ORACIÓN
      Oh Dios, que cada año nos dais un nuevo motivo de gozo con la solemnidad del bienaventurado Policarpo, vuestro pontífice mártir, haced que celebrando su nacimiento al cielo, experimentemos los efectos de su protección.  Por N. S. J. C. Amén.

sábado, 25 de enero de 2020

TERCER DOMINGO DESPUÉS DE EPIFANÍA



TERCER DOMINGO 
DESPUÉS DE EPIFANÍA

Semidoble  - Ornamentos verdes


   A partir de este domingo, la Liturgia rompe el orden cronológico de la vida de Jesús y extracta del Evangelio los milagros y discursos que cree más convenientes para nuestra enseñanza y edificación. Jesús es un profeta y un maestro errante, que va sembrando por ciudades y caminos bien y verdad. La multitud le sigue ávida de luz y paz, y confiesa ingenuamente que "nadie ha hablado como este hombre; nadie puede hacer las maravillas que Él hace". Y para confirmar con milagros esta hermosa confesión de las turbas, Jesús cura de cerca a un leproso y de lejos al criado del Centurión. La liturgia de hoy renueva aquella página de la vida de Nuestro Señor, para excitar nuestra fe y confianza en Él y para que acudamos a la Confesión a limpiarnos de la lepra del pecado.

Introito. 

Ps. 96, 7-8

INTROITUS Ps. 96, 7-8
Adoráte Deum, omnes Angeli ejus: audivit, et lætáta est Sion: et exsultavérunt fíliæ Judæ. Ps. ibid., 1.Dóminus regnávit, exsúltet terra: læténtur ínsulæ multæ. V. Glória Patri...    

Adorad a Dios todos sus Ángeles: oyólo y alborozóse Sión, y regocijáronse las hijas de Judá. - Ps. El Señor reina ya; regocíjese la tierra: llénense de júbilo todas las islas. V. Gloria al Padre  

Gloria in excelsis 


Oración-Colecta

ORATIO
Omnípotens sempitérne Deus, infirmitátem nostram propítius réspice: atque ad protegéndum nos, déxteram tuæ majestátis exténde. Per Dóminum.
R. Amen    

Omnipotente y sempiterno Dios, mira con ojos compasivos nuestra debilidad, y extiende, para apoyarnos, el brazo de tu Majestad. Por Jesucristo Nuestro Seññor.      
R. Amen.  

Epístola

   Debemos ser y aparecer buenos, vivir en paz con todos, dejar al divino Juez la venganza de nuestras injurias, favorecer al enemigo pagando bien por mal. He aquí una buena parte del código de la moral cristiana.

    Léctio Epístolæ beáti Pauli Apóstoli ad Romános. Rom. 12,16-21
   
Fratres: Nolíte esse prudéntes apud vosmetípsos: nulli malum pro malo reddéntes: providéntes bona non tantum coram Deo, sed étiam coram ómnibus homínibus. Si fíeri potest, quod ex vobis est, cum ómnibus homínibus pacem habéntes: Non vosmetípsos defendéntes, caríssimi, sed date locum iræ. Scriptum est enim: Mihi vindicta: ego retríbuam, dicit Dóminus. Sed si esuríerit inimícus tuus, ciba illum: si sitit, potum da illi: hoc enim fáciens, carbónes ignis cóngeres super caput ejus. Noli vinci a malo, sed vince in bono malum.

     Lección de la Epístola del Apóstol S. Pablo a los Romanos: 

Hermanos: No os tengáis por sabios, ni volváis a nadie mal por mal: antes procurad obrar bien no solo delante de Dios, sino también delante de los hombres. Si es posible, y en cuanto esté de vuestra parte, vivid en paz con todos los hombres: no os venguéis, amados míos; mas dad lugar a que pase la ira: porque escrito está:A mi me pertenece la venganza: yo haré justicia dice el señor. Por tanto, si tu enemigo tuviese hambre, dale de comer; si sed, dale de beber; porque si esto hicieres, carbones encendidos amontonarás sobre su cabeza. No te dejes vencer del mal: mas vence el mal con el bien.


Salmodia

   GRADUALE Ps. 101, 16-17 - Timébunt gentes nomen tuum, Dómine, et omnes reges terræ glóriam tuam. V. Quóniam ædificávit Dóminus Sion, et vidébitur in majestáte sua.
   Allelúja, allelúja. V. Ps. 96, 1. Dóminus regnávit, exsúltet terra: læténtur ínsulæ multæ. Allelúja.

    Gradual. - Temerán las naciones tu nombre, oh Señor y todos los reyes de la tierra tu gloria. V. Porque edificó el Señor Sión, y allí será visto en su majestad.   Aleluya, aleluya.- V. El señor reina ya, regocíjese la tierra: llénense de júbilo todas las islas. Aleluya.

Evangelio

Con la milagrosa curación de un leproso y del criado del Centurión de Cafarnaún, inaugura Jesús la conversión de los Gentiles, enseñándonos con esto a no despreciar ni dar por perdido a nadie, por alejado que esté de Dios.

   Sequéntia sancti Evangélii secúndum Matthæum. Matth. 8, 1-13
   In illo témpore: Cum descendísset Jesus de monte, secútæ sunt eum turbæ multæ: et ecce leprósus véniens, adorábat eum, dicens: Dómine, si vis, potes me mundáre. Et exténdens Jesus manum, tétigit eum, dicens: Volo. Mundáre. Et conféstim mundáta est lepra ejus. Et ait illi Jesus: Vide, némini díxeris: sed vade, osténde te sacerdóti, et offer munus, quod præcépit Móyses, in testimónium illis. Cum autem introísset Caphárnaum, accéssit ad eum centúrio, rogans eum, et dicens: Dómine, puer meus jacet in domo paralyticus, et male torquétur. Et ait illi Jesus: Ego véniam, et curábo eum. Et respóndens centúrio, ait: Dómine, non sum dignus, ut intres sub tectum meum: sed tantum dic verbo, et sanábitur puer meus. Nam et ego homo sum sub potestáte constitútus, habens sub me milites, et dico huic: Vade, et vadit: et álii: Veni, et venit; et servo meo: Fac hoc, et facit. Audiens autem Jesus, mirátus est, et sequéntibus se dixit: Amen dico vobis, non invéni tantam fldem in Israël. Dico autem vobis, quod multi ab Oriénte et Occidénte vénient, et recúmbent cum Abraham, et Isaac, et Jacob in regno cælórum: fílii autem regni ejiciéntur in ténebras exterióres: ibi erit fletus, et stridor déntium. Et dixit Jesus centurióni: Vade, et sicut credidisti, fiat tibi. Et sanátus est puer in illa hora.
        
† Continuación del santo Evangelio según S. Mateo. - 

En aquel tiempo: Habiendo bajado Jesús del monte, le siguió mucho gentío, y vino un leproso y le adoraba diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Y extendiendo Jesús la mano, le tocó diciendo: Quiero, queda limpio. Y al instante quedó limpio de su lepra. Y le dijo Jesús: guárdate de decírselo a nadie; mas vete, preséntate al sacerdote, y ofrece la ofrenda que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio (1). Y habiendo entrado en Cafarnaún se llegó a Él un centurión y le rogó diciendo: Señor, tengo un criado postrado en casa, paralítico, y sufre mucho. A lo que respondió Jesús: Yo iré y le curaré. señor, replica el centurión, yo no soy digno de que entres bajo mi techo; pero di una sola palabra y será curado mi criado. Pues yo soy un hombre que, aunque bajo la potestad de otro, luego que digo a uno de los soldados que mando: ve, va: y a otro: ven, y viene: y lo mismo cuando mando a un siervo mío: haz esto, y lo hace (2). Oyéndolo, pues, Jesús, quedó admirado y dijo a los que le seguían: En verdad, en verdad os digo, que no he encontrado tanta fe en Israel. Y también os digo: muchos vendrán de Oriente y del Occidente, y se pondrán a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos; mientras que los hijos destinados a este reino serán arrojados a las tinieblas infernales donde habrá llanto y crujir de dientes. Entonces dijo al centurión: Anda, que te sucederá como has creído: y sanó el criado en aquella hora.

(1) Era necesario que el sacerdote lo declarara limpio de la lepra, para que el enfermo recobrara la patente de ciudadanía. 
(2) ¡Qué fe tan viva y qué oración tan confiada la de este militar, con todo y ser gentil! El mismo Jesús se pasma al oírle y no puede menos que expresarlo. 

Credo.     

Ofertorio

  OFFERTORIUM Ps. 117,16 et 17
 Déxtera Dómini fecit virtútem, déxtera Dómini exaltávit me: non móriar, sed vivam, et narrábo ópera Dómini.    

Ofertorio. -  La diestra del Señor ha hecho maravillas: la diestra del señor me ha ensalzado; ya no moriré, sino que viviré y publicaré las obras del Señor

Oración-Secreta

SECRETA - Hæc hóstia, Dómine, quæsumus, emúndet nostra delícta: et ad sacrifícium celebrándum, subditórum tibi córpora, mentésque sanctífcet. Per Dóminum.

    Haz, oh Señor, que esta hostia sirva para borrar nuestros pecados y santifique los cuerpos y las almas de tus siervos, a fin de que puedan celebrar dignamente el sacrificio. Por Jesucristo Nuestro Señor.

 Comunión

COMMUNIO Luc. 4, 22 - Mirabántur omnes de tris, quæ procedébant de ore Dei.   
  
 Comunión. - Se maravillaban todos de las palabras que salían de la boca de Dios.

Oración-Postcomunión

  POSTCOMMUNIO - Mundet et múniat nos, quæsumus, Dómine, divíni sacraménti munus oblátum: et, intercedénte beáta Vírgine Dei Genitríce María, cum beáto Joseph, beátis Apóstolis tuis Petro et Paulo, atque beáto N. et ómnibus Sanctis; a cunctis nos reddat et perversitátibus expiátos, et adversitátibus expedítos. (Per eúmdem Dominum.)          

Suplicámoste, oh Señor, que por lo  mismo que nos concedes hacer uso de tan altos Sacramentos, te dignes también ponernos en buenas condiciones para aprovecharnos de sus efectos. Por Jesucristo Nuestro Señor.


Fuente: Año Litúrgico - Dom Prospero Gueranger 

Maditaciones sobre la Conversión del Apóstol San Pablo (Andrés Hamón)

Nocturnos de la Fiesta de la Conversión del Apóstol San Pablo








25 de Enero: LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO



LA CONVERSIÓN
DE SAN PABLO

Éste es un vaso de elección que elegí para que lleve mi nombre ante los gentiles. (Hechos 9, 15)

+ La conversión de san Pablo Apóstol, que fue el año segundo, después de la Ascensión del Señor.

+ En Damasco, el nacimiento para el cielo de san Ananías, que fue discípulo del Señor y bautizó a dicho Apóstol Pablo; y habiendo predicado el Evangelio en Damasco, en Eleuterópolis y en otras partes, finalmente azotado por sentencia del Juez Licinio, despedazado con nervios y apedreado, consumó el martirio.

+ En Auvernia de Francia, los santos Proyecto, Obispo, y Amarino, Abad de Clerjus; los cuales fueron martirizados por los próceres de la misma ciudad.

+ En Antioquía, los santos Mártires Juventino y Máximo, que fueron coronados del martirio en tiempos de Juliano Apóstata.

+ En el día de su triunfo predicó san Juan Crisóstorno un sermón al pueblo.

+ Igualmente los santos Mártires Donato, Sabino y Ágape.

+ En Tomis de Escitia, san Bretanión, Obispo, que imperando el Arriano Valente, a quien hizo fuerte oposición, floreció en la Iglesia con maravillosa santidad y celo por la fe católica.

+ En Marchiennes de Francia, san Popón, Presbítero y Abad, esclarecido en milagros.

+ Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.

LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO

San Pablo es derribado en el camino a Damasco, y de perseguidor de cristianos se convierte en apóstol de Cristo. El Señor le envía a Ananías para devolverle la vista y administrarle el santo Bautismo. El Apóstol novel permanece algunos días con los discípulos de Damasco, y, enseguida, se pone a predicar a Jesús en las sinagogas, asegurando que es el Hijo de Dios.

MEDITACIÓN
SOBRE LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO

I. Dios llama a San Pablo derribándolo por tierra y elevándolo hasta el tercer cielo. Ya no ve a las creaturas pues ha visto a Dios. ¿Quieres convertirte? Escucha la voz de Dios que te habla; cuando te arrebata tus placeres, tus parientes, tus amigos, son rayos que recibes que te advierten cierres los ojos a las cosas de este mundo y eleves tu mirada hacia los cielos. Cuántas veces ha dicho Jesucristo en el fondo de tu corazón: “¡Desventurado! ¿por qué me persigues?”.

II. San Pablo escucha la voz de Dios, y le responde: Señor, ¿quién eres tú? Examina las inspiraciones que sientes. ¿Son de Dios? ¿Es la voz de la vanidad o la de Jesucristo la que te llama a esta obra al parecer tan santa? Desde que hayas reconocido la voz de Jesucristo, dile con San Pablo: “Señor, ¿qué quieres que haga?”.

III. San Pablo ejecuta con prontitud aquello que se le manda. Escucha a Ananías, recibe el bautismo e, inmediatamente, da testimonio de Aquél que lo ha llamado de las tinieblas a la luz. ¿Quieres tener éxito en tu conversión? No te demores, vete a buscar un prudente y sabio director espiritual; él será el intérprete de la voluntad de Dios. No tardes, alma mía, en convertirte al Señor, ni lo difieras de día en día (Eclesiástico).

La obediencia a las inspiraciones de Dios.

Orad por la propagación de la fe.

ORACIÓN
Oh Dios, que habéis instruido al mundo entero por la predicación del apóstol San Pablo, haced, os lo rogamos, que honrando hoy su conversión, marchemos hacia Vos imitando sus ejemplos. Por J. C. N. S.

Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.

jueves, 23 de enero de 2020

24 de Enero: SAN TIMOTEO, Obispo y Mártir



SAN TIMOTEO,
Obispo y Mártir

† lapidado hacia el año 97

Protector contra los desórdenes estomacales e intestinales.

Predica la palabra de Dios, insiste con ocasión y sin ella, reprende, ruega, exhorta con toda paciencia y doctrina.
(2 Timoteo 4, 2)

+ En Éfeso, san Timoteo; que fue discípulo de san Pablo Apóstol; y por él ordenado Obispo de Éfeso, allí mismo, después de muchos combates por Cristo, como reprendiese a los que ofrecían sacrificios a Diana, fue apedreado poco después descansó en el Señor.

+ En Atioquía, san Babilas, Obispo, el cual, en la persecución de Decío, después de haber frecuentemente glorificado a Dios con los suplicios y tormentos, acabó gloriosamente la vida cargado de cadenas, con las cuales mandó que le enterrasen. Se dice padecieron juntamente con él los tres niños: Urbano, Prilidiano y Epolonio, a los que él había instruido en la fe de Cristo.

+ En Foligno de la Umbría, san Feliciano, que, ordenado Obispo de aquella ciudad por el Papa san Víctor I, después de muchos trabajos, ya en la última vejez, imperando Decio, fue allí coronado del martirio.

+ En Neo-Cesárea de Mauritania, los santos Mártires Mardonio, Musonio, Eugenio y Metelo, todos los cuales fueron quemados y sus cenizas arrojadas a un río.

+ Asimismo los santos Mártires Tirso y Proyecto.

+ En Cíngoli del Piceno, san Exuperancio, Confesor, Obispo de la misma ciudad, ilustre por la fama de los milagros.

+ En Bolonia, san Zamas, que, ordenado por el Romano Pontífice san Dionisio, primer Obispo de aquella ciudad, propagó maravillosamente en ella la fe de Cristo.

+ Asimismo, san Surano, Abad, el cual floreció en santidad en tiempo de los Longobardos.

+ Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.

SAN TIMOTEO,
Obispo y Mártir

He aquí un obrero apostólico formado por la mano de San Pablo: es Timoteo, su discípulo, su coadjutor en la predicación del Evangelio, el heredero de su celo y el imitador de sus virtudes. Fue masacrado por reprender a los gentiles sus insensatas supersticiones. ¡Gran santo, inspíranos el espíritu del Apóstol de las gentes; enséñanos a santificarnos y a convertir a los demás!

MEDITACIÓN
SOBRE LOS TRES EFECTOS DEL CELO POR LAS ALMAS

I. Aunque no todos los cristianos sean apóstoles, deben con todo tener celo por la salvación del prójimo. Pero a fin de que ese celo esté bien ordenado, cada uno debe comenzar por convertirse a sí mismo. Tú tienes celo por la conversión de tus parientes, de tus amigos, de tus servidores; les adviertes caritativamente sus faltas; este celo es digno de alabanza; pero, si no te adviertes a ti mismo, es indiscreto; mira si no tienes los defectos que reprochas a los demás.

II. Contribuye todo lo que puedas, con tus palabras, a la salvación de los demás. Jesucristo no tuvo a menos conversar con los niñitos, ni con la Samaritana, para mostrarles el camino del cielo. Una buena palabra que digas a ese pariente, a ese amigo, a ese servidor, ganará su alma para Dios. Jesucristo ha derramado toda su sangre para rescatar esa alma, ¿y tú no quieres decir una palabra para impedir que se condene? ¿Dónde está tu caridad?

III. ¿Quieres ser un verdadero apóstol? Predica con tus actos. Lleva una vida ejemplar; más conmoverás cuando te vean, que oyendo al más famoso de los predicadores; tu modestia detendrá aun a los más libertinos. ¿Cuántas ocasiones de trabajar por el prójimo dejas escapar? Es seguro, dice San Gregorio, que Dios te pedirá cuenta del alma de tu prójimo, si descuidas trabajar en su salvación en la medida en que lo puedas.

El celo por las almas.

Orad por los eclesiásticos.



ORACIÓN
Dios todopoderoso, ved cómo pesa sobre nosotros la carga de nuestras propias obras, y fortificadnos por medio de la gloriosa intercesión de San Timoteo, vuestro mártir y pontífice.
Por J. C. N. S.

Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.

miércoles, 22 de enero de 2020

23 de Enero: SAN RAIMUNDO DE PEÑAFORT, CONFESOR




Después de Hilario, Pablo, Mauro y Antonio, brilla hoy Raimundo de Peñafort, una de las glorias de la Orden de Santo Domingo y de la Iglesia en el siglo XIII.

Según los Profetas, el Mesías vino para ser nuestro Legislador; más aún, es El la misma Ley. Su palabra ha de ser norma de los hombres, y El mismo ha de dejar a su Iglesia el poder de legislar, para que conduzca a los pueblos por la santidad y la justicia, hasta los umbrales de la eternidad. La sabiduría del Emmanuel se manifiesta en la disciplina canónica, como su verdad en la enseñanza de su doctrina. Pero al hacer sus leyes, la Iglesia se ayuda de los hombres que le parecen poseer en más alto grado la ciencia del Derecho y la integridad de la moral.

San Raimundo de Peñafort tuvo el honor de manejar su pluma para la redacción del Código canónico. Por orden de Gregorio IX, fue él quien compiló en 1234 los cinco libros de las Decretales (El nombre de Raimundo va unido para siempre a la gloria de esta obra que ha sido la base de la disciplina hasta la promulgación del nuevo Código de Derecho Canónico por Benedicto XV, en 1918).

Discípulo de Aquel que descendió del cielo al seno de una virgen para salvar a los pecadores, convidándoles con el perdón, mereció Raimundo ser llamado por la Iglesia, insigne Ministro del Sacramento de la Penitencia.

Fué el primero que reunió en un cuerpo de doctrina, las máximas de la moral cristiana que sirven para determinar los deberes del confesor en relación con los pecadores que acuden a él a declarar sus pecados. La Suma de Casos penitenciales abrió la serie de esos importantes trabajos, por medio de los cuales algunos peritos y virtuosos doctores trataron de establecer los derechos de la ley y las obligaciones del hombre, con el fin de enseñar al sacerdote el arte de discernir, como dice la sagrada Escritura, lepra de lepra. (Deut., XVII, 8.)

Finalmente, cuando la gloriosa Madre de Dios, Madre también de los hombres, suscitó para la obra de la Redención de los cautivos al generoso Pedro Nolasco, a quien dentro de pocos días veremos llegar ante la cuna del Redentor, Raimundo fué el poderoso instrumento de esta gran obra de misericordia; no sin motivo le considera la Orden de la Merced como uno de sus fundadores, y no en vano le han honrado millares de cautivos, libertados de la esclavitud de los musulmanes, como a uno de los principales autores de su libertad.

Vida. — Nació San Raimundo en Barcelona, de la noble familia de Peñafort. Enseñó allí las Humanidades, y fue después a estudiar Derecho a Bolonia. Volvió luego a su ciudad natal, donde brilló por sus eminentes virtudes, sobre todo por su veneración hacia la Santísima Virgen María. A los 45 años profesó en la Orden de Santo Domingo. Fundó con San Pedro Nolasco la Orden de Nuestra Señora de la Merced para la Redención de los cautivos.

Llamado a Roma por Gregorio IX, fue allí su Capellán y Confesor, y redactó las Decretales. Se hizo célebre por sus milagros y murió casi centenario, el 7 de enero de 1275. Su sepulcro está en Barcelona. Canonizóle Clemente VIII

Fiel dispensador del Sacramento de la Penitencia, supiste extraer del corazón de Dios encarnado, aquella caridad que hizo del tuyo un asilo de pecadores. Amaste a los hombres, y te preocupaste tanto de las necesidades de sus cuerpos como de las de sus almas. Ilustrado por los rayos del Sol de justicia, nos ayudaste a discernir el bien del mal, dándonos reglas para apreciar las llagas de nuestras almas. Roma admiró tu conocimiento de las leyes; y se gloría de haber recibido de tus manos el sagrado Código que gobernó durante mucho tiempo a las distintas Iglesias.

Despierta en nuestros corazones, oh Raimundo, la compunción sincera que es una de las condiciones para el perdón en el sacramento de la Penitencia.

Haznos comprender la gravedad del pecado mortal que separa de Dios para siempre, y los peligros del pecado venial que dispone al alma tibia para el pecado mortal. Concédenos hombres llenos de caridad y ciencia, para ejercer ese sublime ministerio que cura a las almas. Protégelos contra el doble escollo de un desesperanzador rigorismo, o de una excesiva blandura. Reaviva en nosotros la verdadera ciencia del Derecho canónico, sin la cual la casa del Señor se convertiría en seguida en morada de desorden y anarquía. Consuela a todos los que languidecen en las prisiones o en el destierro, tú que tuviste un corazón tan compasivo para los cautivos; prepara su libertad; líbranos también a todos, de las cadenas del pecado que con tanta frecuencia sujetan a las almas de aquellos, cuyo cuerpo goza de la libertad. Fuiste tú, oh Raimundo, el confidente del corazón de nuestra misericordiosa Reina María, y ella te asoció a su obra para el rescate de los cautivos. Eres, pues, poderoso ante el Corazón, que después del de Jesús es nuestra mayor esperanza. Preséntala nuestros homenajes. Pídela para nosotros a esa incomparable Madre de Dios la gracia de que amemos siempre al Niño celestial que tiene en sus brazos. Dígnese también ella, por tus oraciones, ser nuestra estrella en el mar de éste mundo, más tempestuoso que aquel cuyas olas desafiaste sobre tu milagroso manto.

Acuérdate también de España, tu patria, en cuyo seno obraste tantas maravillas. Ampara a la Orden de Predicadores, cuyo hábito y regla honraste. La gobernaste sabiamente en la tierra; ámala siempre como Padre desde el cielo, para que vuelva a florecer en toda la Iglesia, y produzcan, como en los tiempos antiguos, aquellos frutos de santidad y de ciencia que hicieron de ella una de las principales glorias de la Iglesia de Cristo.

* * *


SANTA EMERENCIANA, VIRGEN Y MÁRTIR

No han transcurrido aún tres días desde el martirio de Santa Inés, cuando la Liturgia, fiel en recoger todas las tradiciones, nos llama otra vez a su tumba. La Virgen Emerenciana, amiga y hermana de leche de nuestra heroína de trece años, se fue a orar y llorar al lugar donde descansaba aquella que tan rápida y cruelmente le arrebataron. Emerenciana no había sido aún regenerada por las aguas del Bautismo; era todavía catecúmena, pero su corazón pertenecía ya a Cristo por la fe y el deseo.

Mientras la joven se desahoga ante la tumba de Inés, llegan los paganos, insultan sus lágrimas y tratan de impedir los homenajes que rinde a su víctima. Entonces Emerenciana, ardiendo en deseos de unirse a Cristo y de estar cuanto antes en brazos de su dulce compañera, vuélvese hacia aquellos bárbaros, confiesa a Jesucristo, maldice a los ídolos, y les echa en cara la atroz crueldad de que han hecho víctima a la inocente Inés.

Indígnase la ferocidad pagana en los corazones de aquellos hombres esclavizados por el culto de Satanás, y en cuanto termina de hablar la joven, cae sobre el sepulcro de su amiga, sepultada bajo las piedras mortíferas que le arrojan aquellos, a quienes se ha atrevido a desafiar. Bautizada en su propia sangre, deja Emerenciana en la tierra sus sangrientos despojos, y su alma vuela hacia el regazo del Emmanuel, para gozar eternamente de sus divinos abrazos y de la amada presencia de Inés.


* * *



SAN ILDEFONSO, OBISPO Y CONFESOR

La Iglesia española envía hoy a uno de sus obispos ante la cuna del divino Niño con el encargo de honrar su nacimiento. A primera vista parece que las alabanzas que oímos de boca de Ildefonso no tienen más objeto que honrar a María; pero ¿se puede honrar a la Madre sin proclamar la gloria del Hijo, en cuyo alumbramiento radican todas las grandezas de aquella?

En medio de ese coro de ilustres Pontífices que honraron el episcopado español en el siglo VII y VIII, aparece en primer lugar Ildefonso, el Doctor de la Virginidad de Maria, como Atanasio lo fue de la Divinidad del Verbo, Basilio de la Divinidad del Espíritu Santo, y Agustín de la Gracia. El arzobispo de Toledo expuso su enseñanza con profunda doctrina y gran elocuencia, probando al mismo tiempo, contra los Judíos, que María concibió sin perder su virginidad; contra los adeptos de Joviniano, que permaneció Virgen en el parto, y contra los secuaces de Helvidios que fue Virgen después del parto. Antes que él habían tratado otros Doctores estas cuestiones separadamente; Ildefonso reunió en un haz luminoso todas esas luces, y mereció que una Virgen Mártir saliese de su sepultura para felicitarle por haber defendido el honor de la Reina de los cielos. Finalmente, la misma María, le vistió con sus manos virginales una maravillosa casulla que anunciaba el resplandor del vestido luminoso con que brilla Ildefonso eternamente, al pie del trono de la Madre de Dios.

Vida. — San Ildefonso nació en Toledo. Fué discípulo de San Isidoro durante doce años en Sevilla, y luego Arcediano de Toledo. Poco después hizo profesión y fue elegido Abad del monasterio benedictino Agállense. Electo arzobispo de Toledo fue muy útil a su pueblo, por su doctrina, ejemplos y milagros. Refutó a los herejes que negaban la perpetua virginidad de María, la cual se le. apareció para premiar su celo. Murió en 667 y su cuerpo descansa actualmente en Zamora.

Gloria a ti, oh santo Pontífice, que te elevas con tanto honor en esta tierra de España tan fecunda en valientes caballeros de María: Vete a ocupar un puesto junto a la cuna, donde esa Madre incomparable vela amorosamente al lado de su Hijo, el cual, siendo al mismo tiempo su Dios y su Hijo, consagró su virginidad en vez de lastimarla. Encomiéndanos a su ternura; recuérdala que es también Madre nuestra. Ruégale que atienda los himnos que entonamos en su honor, y que haga aceptar al Emmanuel el homenaje de nuestros corazones. Con el fin de ser bien acogidos por ella, nos atrevemos, oh Doctor, de la Virginidad de María, a tomar tus palabras y decirlas contigo:

"A ti acudo ahora, Virgen única, Madre de Dios; a tus pies me prosterno, cooperadora única de la Encarnación de mi Dios; ante ti me humillo, Madre única de mi Señor. Suplícote, sierva sin par de tu Hijo, que obtengas el perdón de mis pecados y ordenes que sea purificado de la maldad de mis obras. Haz que ame la gloria de tu virginidad; revélame la dulzura de tu Hijo; dame la gracia de hablar con toda sinceridad de la fe de tu Hijo, y de saber defenderla. Concédeme la gracia de unirme a Dios y a ti, de serviros a ambos: a El como a mi Creador; a ti, como a la Madre de mi Creador; a El como al Señor de los ejércitos; a ti como a la sierva del Señor de todo lo creado; a El como a Dios, a ti, como a la Madre de Dios; a El como a mi Redentor, a ti, como al instrumento de mi redención.

Si Él fue precio de mi rescate, su carne fue formada de tu carne; de tu sustancia tomó el cuerpo mortal con el cual borró mis pecados; de ti se dignó tomar mi naturaleza, a la que elevó por encima de los Ángeles hasta la gloria del trono de su Padre.

Debo ser por tanto tu esclavo, pues tu Hijo es mi Señor. Tú eres mi Señora porque eres la sierva de mi Señor. Soy el esclavo de la esclava de mi Señor, porque tú, que eres mi Señora, eres Madre de mi Señor. Te suplico, oh Virgen santa, hagas que posea a Jesús, por la virtud de Aquel mismo Espíritu, por medio del cual concebiste tú a Jesús; que conozca a Jesús, por el mismo Espíritu que a ti te hizo conocer y concebir a Jesús; que hable yo de Jesús, por el mismo Espíritu por el cual tú te declaraste sierva del Señor; que ame a Jesús, por el mismo Espíritu por medio del cual tú le adoras como a tu Señor y le amas como a Hijo tuyo; que obedezca finalmente a Jesús con la misma sinceridad con que El, siendo Dios, te obedeció a ti y a José."

Fuente: El Año Litúrgico - Dom Próspero Gueranguer

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