Martirio de San Policronio y San Parmenio.
Speculum Historiale, Vincent de Beauvais.
El personaje que el Martirologio Romano nos presenta en
esta fecha, fue un obispo de Babilonia, víctima de la persecución de Decio.
Beda es quien nos lo presenta
así, precisando más la mención un tanto lacónica que hace el Martirologio
Jeronimiano (manuscritos de Epternach, Berne y Wissenbourg). El martirologio
simplemente nos habla de un Policronio, en Babilonia, y, para completar esta
indicación, Beda acude a las "Gesta sancti Laurentii," en donde se
leen los siguientes detalles: "Una persecución se levantó bajo el
emperador Decio y muchos cristianos fueron llevados a la muerte. Había en Babilonia
un obispo llamado Policronio. También estaban los
sacerdotes Parmenas, Helimas y Crisóleles (cuyos nombres aparecerán en el
Martirologio Romano del 22 de abril). Decio en persona hizo que le presentaran
al obispo Policronio con sus diáconos y sacerdotes. A la invitación de sacrificar
a los dioses, Policronio se abstuvo de dar respuesta alguna. Intervino
entonces Parmenas para explicar este silencio y Decio le hizo cortar la lengua.
Después insistió con Policronio, pero no pudo sacar nada de él. Entonces el
emperador le hizo golpear en la boca con tal violencia, que el obispo,
levantando sus ojos al cielo, expiró."
Esta narración ha parecido muy sospechosa a Tillemont,
"Mémoires pour servir"..., vol. V, p. 561, puesto que tiene por base
un hecho insostenible: la expedición de Decio contra los persas. De donde
concluye que haría falta tener otras memorias, que no fueran las "Gesta
Laurentii" para apoyar el hecho.
Después de todo, bien puede ser que un Policronio haya sido
martirizado en Babilonia, ya que así lo atestigua el Martirologio Jeronimiano.
Pero tanto él como sus compañeros debieron sufrir a causa de una persecución
suscitada por los reyes de Persia.
Los otros martirologios, siguiendo a Beda, nombran a un
Policronio el 17 de febrero. Así Florus, en el "Vetus romanum," le da
la calidad de obispo, y, en fin, Adón Quentin, ("Les martyrol.
histor. du Moyen Age," pp. 78, 418, 481), lo menciona también.
Por otra parte, subsiste el interrogante de si el
Policronio, obispo de Babilonia, mártir en Persia, no será el Policronio que se
venera en Chipre.
Un santo mártir de este nombre se nos presenta en un
"Panegyricon" de tres volúmenes, cuyo autor fue Neófito, el recluso.
La fiesta de este Policronio se celebraba el 7 de octubre, pero tenía una
segunda celebración el 17 de febrero. Personaje un tanto flotante, no parece
que fuera chipriota de origen; era uno de esos solitarios de la "Historia
religiosa" de Teodoreto, cuya biografía es bastante confusa.
Vivió en tiempos de Constantino el Grande. Sus padres lo
tenían empleado en guardar los rebaños y un día hizo un milagro para dar de
beber a los animales. Con el correr del tiempo, abandonó su patria y se fue a
Constantinopla con otros diez viñadores para emplearse como trabajadores en una
viña.
A raíz de una reclamación de su amo, regresó a su país,
construyó un oratorio, fue ordenado sacerdote y, según se dice, también obispo.
Después de la muerte de Constantino, los herejes lo buscaron y sometieron a
diversos interrogatorios, y por fin, lo decapitaron. Los otros diez viñadores
le acompañaron también en su martirio.
Todo esto parece muy vago todavía, pero en rigor no
desentona con la vaguedad del Martirologio Jeronimiano. Es posible que la fecha
del 17 de febrero, sólo conmemore alguna traslación de sus reliquias.
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