sábado, 9 de enero de 2021

10 de enero SAN MARCIANO, PRESBÍTERO

 


(471 p.c.) Marciano nació en Constantinopla, donde pasó toda su vida, en el seno de una familia emparentada con el emperador Teodosio. Se entregó al servicio de Dios desde su niñez, y a escondidas repartía grandes sumas de dinero entre los pobres. Hacia el año 455, el patriarca Anatolio, sin hacer caso de las protestas que su humildad dictaba a Marciano, le ordenó sacerdote. Marciano se sintió con ello más obligado todavía a buscar la perfección; así pues, sin abandonar su ocupación favorita que consistía en instruir a los pobres, redobló sus esfuerzos en socorrerlos en sus necesidades materiales y se impuso enormes penitencias. Quienes veían en su ejemplo una constante censura, tomaron pretexto de su austeridad para acusarle de novacianismo (Movimiento religioso de la antigüedad, seguidores de Novaciano, presbítero de la Iglesia de Roma en el siglo III, quien declaró ilegítima la elección de Cornelio como obispo de Roma y se hizo consagrar por tres obispos. Rechazaba el poder de la iglesia para perdonar la apostasía de los llamados «lapsi». Los novacianos se llamaron a sí mismos cátaros o puros. Su rigorismo doctrinal fue condenado por un concilio en Roma en 251); pero la mansedumbre del santo triunfó a la larga de todas las críticas y la persecución sirvió para purificar aún más su alma. Cuando la tempestad se disipó, su virtud brilló esplendorosamente, y el patriarca Genadio lo elevó a la dignidad de "Oikonomos", con gran aplauso del clero y del pueblo. San Marciano construyó y restauró muchas iglesias de Constantinopla, en particular la de Anástasis. Los milagros que realizó antes y después de su muerte, le hicieron famoso. Murió probablemente el año 471. Algunos autores le consideran como escritor de himnos litúrgicos.  


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