sábado, 29 de mayo de 2021

30 de mayo SAN FÉLIX I, PAPA

 




(274 D.C.) - Según el Martirologio Romano y el Liber Pontificalis, Félix I, romano por nacimiento, murió mártir. Pero, casi seguramente, este dato proviene de una confusión con un mártir llamado Félix, que fue sepultado en la Vía Aurelia. De la misma confusión procede el dato del Liber Pontificalis de que el Papa Félix "construyó, en la Vía Aurelia, la iglesia en la que fue sepultado". En realidad sabemos muy poco sobre San Félix. Según parece, ese Pontífice respondió al informe del Concilio de Antioquía sobre la deposición de Pablo de Samosata, quien había comparecido, en Roma, ante el Papa San Dionisio, predecesor de San Félix. Duchesne, Bardenhewer, Harnack y otros especialistas, sostienen que la carta de San Félix que se leyó en el Concilio de Éfeso era un documento falsificado por los apolinaristas. La afirmación de que San Félix "decretó que se celebrase la Misa sobre las tumbas de los mártires" significa, tal vez, que dicho Papa prohibió la costumbre de dejar un espacio vacío sobre los sepulcros de las catacumbas ("arcosalia"), excepto cuando se trataba de las tumbas de los mártires. De ser así, el sentido del decreto era que sólo podía celebrarse la Misa sobre los sepulcros de los mártires. San Félix murió el 30 de diciembre (III kal. jan. [Enero]); sin embargo se le conmemora el 30 de mayo, debido a una confusión entre "jan" y "jun" (junio). La "Depositio Episcoporum", que muestra claramente que se trata de un error de fecha, dice que San Félix fue sepultado en el cementerio de Calixto.

 

Variante 1 (adaptada de Wikipedia):

 

Félix nació en Roma en el 202, y era hijo de un hombre llamado Constancio (de quien se desconoce su procedencia y su ocupación). No existe información al respecto sobre la infancia de Félix. Félix fue elegido Papa el 5 de enero de 269, para suceder al difunto pontífice Dionisio. Decidió según la costumbre mantener su nombre de pila y adoptarlo como nombre papal.

En los comienzos de su pontificado llegaron a Roma noticias del sínodo que se había celebrado en Antioquía y que había depuesto al obispo antioquiano Pablo de Samosata por enseñar una doctrina contraria a las enseñanzas de la Iglesia sobre la Trinidad.

La cuestión había tomado un carácter meramente político, por el apoyo que Pablo de Samosata le dio al emperador Aureliano. Pese a ello, Félix emitió un decreto indicando que ningún cristiano podría optar por ser consagrado como obispo si no estaba en comunión con la sede de Roma, con lo que ratificó la deposición del obispo de la ciudad, aprobada en el concilio de Antioquía del 269, afirmando la "divinidad y humanidad de Jesucristo" y las "dos naturalezas distintas en una sola persona".

La tradición le atribuye al papa Félix I la sanción de la orden de enterrar a los mártires bajo los altares de los templos cristianos, y de instituir la práctica de celebrar la Sagrada Eucaristía sobre sus sepulcros, a manera de conmemoración anual​; la celebración sólo debía ser realizada por sacerdotes y solamente dentro de uno de los templos consagrados para tal fin, salvo por causa mayor. Ésta reforma buscaba eliminar el exceso de las eucaristías privadas.

Hacia el final de su pontificado, el emperador Aureliano retomó la política de las persecuciones contra los cristianos. Sin embargo, dichas persecuciones tuvieron duración breve, puesto que fueron suspendidas tras la muerte del emperador en el año 275, con la negativa de su sucesor, Tácito, en continuar las medidas represivas.

Félix I murió en Roma, el 30 de diciembre del 274.

Según los registros, tradicionalmente se le consideró como un mártir, pero lo más probable es que fuera confundido con otra persona homónima.​ La confusión también ha generado dudas sobre la ubicación de sus restos, ya que el Liber Pontificalis afirma que fue enterrado en una basílica ubicada en la Vía Aurelia, que él mismo habría ordenado erigir siendo papa, pero también se atribuye su lugar de reposo a las Catacumbas de San Calixto, ubicadas en la Vía Apia, de acuerdo con un calendario del siglo IV.

Se le representa con un ancla, y con los hábitos comunes de un sumo pontífice.

 

Variante 2 (adaptada de Catholic.net):

 

Se desconoce la fecha de su nacimiento; murió el año 274.

A principios de 269 sucedió al Papa San Dionisio como cabeza de la Iglesia Romana. Alrededor de esta época llegó a Roma, dirigido al Papa Dionisio, el informe del Sínodo de Antioquía, el cual ese mismo año había depuesto al obispo local, Pablo de Samosata, por sus enseñanzas heréticas referentes a la doctrina de la Trinidad (ver Antioquia). Una carta, probablemente enviada por Félix a Oriente en respuesta al informe sinodal, que contenía la exposición de la doctrina de la Trinidad, fue, más tarde interpolada a favor de su secta por un seguidor de Apolinario. Este documento apócrifo fue enviado al Concilio de Éfeso en 431. El fragmento conservado en las Actas del Concilio hace especial énfasis en la unidad e identidad del Hijo de Dios y el Hijo del Hombre en Jesucristo. El mismo fragmento presenta al Papa Félix como mártir; pero este detalle, el cual está presente también en la biografía del Papa en el “[Liber Pontificalis]”, no está apoyado por ninguna evidencia auténtica anterior y se debe evidentemente a una confusión de nombres. De acuerdo con la nota en el “Liber Pontificalis”, Félix construyó una basílica en la Vía Aurelia; la misma fuente también añade que él fue enterrado allí ("Hic fecit basilicam in Via Aurelia, ubi et sepultus est"). Este último detalle es un error evidente, ya que el calendario romano de fiestas del siglo IV dice que el Papa Félix fue enterrado en la Catacumba de San Calixto en la Vía Apia ("III Kal. Januarii, Felicis in Callisti", se lee en el "Depositio episcoporum"). La declaración del “Liber Pontificalis” relacionada al martirio del Papa resulta, evidentemente, de una confusión con el mártir romano del mismo nombre enterrado en la Vía Aurelia, y sobre cuya tumba se construyó una iglesia. En el antedicho “Feriale” romano o calendario de fiestas, el nombre de Félix aparece en la lista de obispos romanos (Depositio episcoporum), y no en la de los mártires.

La observación en el “Liber Pontificalis” le adjudica a este Papa un decreto por el cual las Misas debían celebrarse sobre las tumbas de los mártires ("Hic constituit supra memorias martyrum missas celebrare"). El autor de esta entrada estaba aludiendo evidentemente a la costumbre de celebrar el Santo Sacrificio en privado, en los altares cerca o sobre las tumbas de los mártires en las criptas de las catacumbas (missa ad corpus), mientras que la celebración solemne de los Sagrados Misterios siempre se realizó en las basílicas construidas sobre las catacumbas. Esta práctica, todavía en uso al final del siglo IV, aparentemente data del período cuando se construyeron en Roma las grandes basílicas sacramentales, y debe su origen a los solemnes servicios conmemorativos de los mártires, realizados en sus tumbas en el aniversario de su entierro, tan temprano como en el siglo III. Probablemente Félix no proclamó tal decreto, pero el compilador del “Liber Pontificalis” se lo atribuyó a él porque él no hizo ningún cambio en las costumbres de su época. De acuerdo con el detalle antes mencionado del “Depositio episcoporum”, Félix fue sepultado en la catacumba de san Calixto el 30 de diciembre.

 

Variante 3 (adaptada de listadepapas.com):

 

Conocido como Félix, el futuro papa del mismo nombre nació en Roma, Italia, alrededor de 206. Se crió en el Imperio Romano y probablemente trabajó para la Iglesia en diferentes roles como lo hicieron otros primeros papas. Cuando el Papa Dionisio murió cerca de finales de 268, los obispos seleccionaron a Félix como el próximo Papa.

Aureliano, el Sacro Emperador Romano, tuvo una enemistad con Pablo de Samosata, quien una vez fue el obispo de Antioquía. Cuando Pablo falleció, su sucesor continuó la enemistad. Aunque los papas anteriores se negaron a elegir un bando entre los dos, Félix ayudó al emperador, pero no permanecería de su lado bueno de forma permanente. Una de las razones por las que el Papa se puso del lado del emperador fue que creía que Pablo era un hereje. Pablo a menudo habló en contra de la Santísima Trinidad y afirmó que la verdadera Trinidad era diferente de lo que enseñaba la Iglesia.

Uno de los pocos actos atribuidos a Félix es la celebración de la Misa en las tumbas de los mártires. Los historiadores creen que esta práctica se remonta a décadas antes de su época, pero que él fue el primer Papa en reconocer la práctica y sancionarla. Hay historias de que asistió y supervisó Misa también.

Aunque San Félix se puso del lado de Aureliano en términos de debates teológicos, más tarde provocó la ira del Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. El ortodoxo Domnus asumió el cargo de Pablo después de la muerte de ese hombre y se negó a renunciar al cargo de obispo. Aureliano fue llamado para ayudar después de que Domnus afirmó que era el verdadero obispo de Roma. El emperador se puso del lado del Papa Félix y exigió que Domnus le entregara el cargo.

Aunque podría pensarse que Aureliano aprobó al Papa Félix, sus acciones posteriores probarían lo contrario. Durante el Cuarto Sínodo Ecuménico en Éfeso, los obispos discutieron sobre el ex Papa y afirmaron que murió como mártir. Aureliano se hizo conocido por hablar en contra de la Iglesia e ir en contra de las órdenes y enseñanzas de los futuros papas. Los obispos que asistieron al sínodo en 431 afirmaron que el papa Félix enfrentó la persecución a manos del emperador y que esas acciones lo llevaron a la muerte.

Los historiadores ahora piensan que Félix murió en paz y que no fue un mártir. Hubo cierta confusión con respecto a otro hombre llamado Félix que vivió durante la misma época y fue un mártir. Un primer libro biográfico sobre papas afirmaba que Félix tiene una basílica construida en Via Aurelia y que la Iglesia lo enterró allí. Otro libro afirma que fue enterrado en la Catacumba de Calixto, que era la tumba donde fueron enterrados otros papas primitivos. El mártir llamado Félix fue enterrado en la basílica de Via Aurelia.

 

 

Variante 4 (adaptada de santoportal.com):

 

El Papa Félix I, (fallecido el 30 de diciembre de 274, Roma; fiesta del 30 de mayo), papa del 269 al 274. Elegido para suceder a San Dionisio, Félix fue el autor de una importante carta dogmática sobre la unidad de la Persona de Cristo.

Recibió la ayuda del emperador Aureliano para resolver una disputa teológica entre el antitrinitario Pablo de Samosata, el obispo depuesto de Antioquía, y el ortodoxo Domnus, el sucesor de Pablo. Algunos afirman que Félix fue enterrado en la basílica que construyó en la Via Aurelia; otros creen que fue enterrado en la catacumba de San Calixto y erróneamente llamado un mártir.

Romano de nacimiento, Félix fue elegido Papa el 5 de enero de 269,en sucesión al Papa Dionisio, fallecido el 26 de diciembre de 268.

El texto de su carta dogmática fue interpolado más tarde por un seguidor de Apollinaris en interés de su secta. La noticia sobre Félix en el Liber Pontificalis le atribuye un decreto para que las misas se celebren en las tumbas de los mártires. El autor de esta entrada aludía evidentemente a la costumbre de celebrar la Misa en privado en los altares cercanos o sobre las tumbas de los mártires en las criptas de las catacumbas, mientras que la celebración solemne se celebraba siempre en las basílicas construidas sobre las catacumbas.

Esta práctica, aún vigente a finales del siglo IV, parece remontarse a la época en que se construyeron en Roma las grandes basílicas cementeriales, y debe su origen a los solemnes servicios de conmemoración de los mártires, celebrados en sus tumbas en el aniversario de su entierro, ya en el siglo III. Félix probablemente no emitió tal decreto, pero el compilador del Liber Pontificalis se lo atribuyó porque no se apartó de la costumbre vigente en su tiempo.

Las actas del Concilio de Éfeso dan al Papa Félix como mártir; pero este detalle, que aparece de nuevo en la biografía del Papa en el Liber Pontificalis, no está respaldado por ninguna prueba auténtica anterior y se debe manifiestamente a una confusión de nombres.  De acuerdo con el mencionado detalle de la Depositio Episcoporum, San Félix I fue enterrado en la catacumba de Calixto el 30 de diciembre, en el sistema romano de datación. Se menciona a San Félix I como Papa y Mártir, con una sencilla fiesta, el 30 de mayo. Esta fecha, dada en el Liber Pontificalis como la de su muerte, es probablemente un error que podría ocurrir fácilmente a través de un transcriptor que escribiera "Jun." para "Enero".

Este error persistió en el Calendario General Romano hasta 1969, en cuyo momento la mención de San Félix I se redujo a una conmemoración en la Misa de los días laborables por decisión del Papa Pío XII. A partir de entonces, la fiesta de San Félix I, que ya no se menciona en el Calendario General Romano, se celebra en su verdadero día de la muerte, el 30 de diciembre, y sin el calificativo de "mártir".

Según estudios más recientes, los libros litúrgicos más antiguos indican que el santo honrado el 30 de mayo fue un mártir poco conocido enterrado en la Vía Aurelia, que se identificó erróneamente con el Papa Félix I, un error similar pero menos curioso que la identificación en los libros litúrgicos, hasta mediados de los años cincuenta, del santo mártir celebrado el 30 de julio con el antipapa Félix II.


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