lunes, 14 de diciembre de 2020

SANTOS NICASIO, OBISPO DE REIMS, Y COMPAÑEROS, MÁRTIRES

 


(¿451? p.c.) - Un ejército de bárbaros invadió una parte de las Galias y saqueó la ciudad de Reims. El obispo del lugar, Nicasio, había predicho esa calamidad al pueblo, a raíz de una visión, y le había exhortado a prepararse a ella con la penitencia. Al ver al enemigo en las calles, el santo, olvidado de sí mismo y preocupado únicamente por el bien de sus hijos, fue de casa en casa, alentando a todos y exhortándolos a la paciencia y a la constancia. Cuando las gentes le preguntaron si debían rendirse o luchar hasta morir, San Nicasio, que sabía que la ciudad iba a caer en poder de los bárbaros, replicó: "Pongámonos en manos de Dios y oremos por nuestros enemigos. Yo estoy pronto a dar mi vida por vosotros." San Nicasio se colocó a la puerta de la iglesia para defender a los que estaban dentro y los infieles le decapitaron ahí mismo. San Florencio, su diácono, y San Jocundo, su lector, fueron asesinados al mismo tiempo. Santa Eutropia, hermana de San Nicasio, viendo que los bárbaros no la mataban, se arrojó sobre el asesino de su hermano, le dio de puntapiés y le rasguñó, hasta que éste se decidió a decapitarla.

Hay una pasión en la Historia Remensis ecclesiae de Flodoardo (cf. MGH., Scriptores, vol. XIII, pp. 417-420), y otros textos en Analecta Bollandiana, vol. I y vol. V. Véase también Duchesne, Fastes Episcopaux, vol. III , p. 81. Probablemente San Nicasio murió a manos de los hunos en 451, y no a manos de los vándalos en 407.

 


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