(1581
P.C.) - Sir William Petre, secretario de Estado de Enrique VIII y de los tres
monarcas siguientes e iniciador de los títulos de nobleza de su familia, fundó
seis becas en Exeter College de Oxford. El mismo concedió una de ellas, en
1568, a Rodolfo Sherwin, joven gentilhombre de Rodsley, en el Derbyshire.
Rodolfo obtuvo el grado de maestro en artes en 1574. Antonio à Wood dice que
"se le consideraba como un agudo filósofo y un excelente helenista y
latinista". Al año siguiente, Rodolfo se reconcilió con la Iglesia e
ingresó en el Colegio de Douai, donde recibió la ordenación sacerdotal en 1577.
Algunos meses después,
se trasladó al Colegio Inglés de Roma, donde tomó parte muy prominente en las
deplorables disensiones entre los estudiantes ingleses y galeses. Él fue uno de
los cuatro que pidieron a Gregorio XIII que confiase a los jesuitas la
dirección del colegio, como sucedió poco después. El nombre de Rodolfo figura
en primer lugar en la lista de los que declararon, después de que los jesuitas
tomaron la dirección, que estaban dispuestos a ir en cualquier momento a la
misión de Inglaterra. En 1580, partió a su patria en el grupo en encabezado por
Mons. Goldwell. En Milán pasaron una semana en casa de San Carlos Borromeo, y
el P. Sherwin predicó ante él. Desde París escribió a Roma a su amigo Rodolfo
Bickley, contándole las aventuras que habían tenido en Ginebra. Terminaba la
carta diciendo que se veía obligado a interrumpirla porque el P. Paschal "quiere ya
ponerse a trabajar en la tarea de afrancesarme". (Es decir que tenía que
vestir un traje de laico para disfrazarse, cosa que le disgustaba sobremanera).
Las últimas palabras de esa carta son las siguientes: "Mi querido Rodolfo, te suplico
que, con todo tu fervor, reces una vez el rosario por mí y procura que muchos
de mis amigos hagan otro tanto a fin de que, con humildad y constancia,
persevere yo hasta el fin y honre al Señor en la vocación a la que me ha
llamado a pesar de mi indignidad."
Los
misioneros se separaron en Reims. El 1º de agosto, Rodolfo Sherwin se embarcó
rumbo a Inglaterra. En noviembre, fue arrestado, cuando predicaba en Londres,
en la casa de Nicolás Roscarrock y fue enviado a la prisión Marshalsea.
Hablando de su breve apostolado, el P. Persons escribió que había predicado en
diversas ciudades y que en ese ministerio "tenía autoridad y gracia
especial." Desde la prisión el beato se las arregló para hacer llegar al P. Persons un recado
humorístico, en el que hablaba de las "campanas" (cadenas) que
llevaba en los tobillos. Un mes más tarde, fue trasladado a la Torre de
Londres. El 15 de diciembre, se le torturó brutalmente en el potro para que
delatase a otros misioneros y dijese lo que sabía sobre una hipotética invasión
a Irlanda. Los verdugos le dejaron tirado sobre la nieve y, al día siguiente
volvieron a torturarle. El beato contó a su hermano que, después de la tortura,
había pasado cinco días en el calabozo sin comer ni hablar con nadie. "Fue
como un sueño ante el Salvador crucificado. Al cabo de ese espacio de tiempo
recuperé el sentido, pero no experimenté dolor alguno en las coyunturas, por
más que el tormento había sido extremadamente violento." Los perseguidores
ofrecieron al P. Rodolfo el gobierno de una sede, si apostataba. Después de más
de un año de prisión, fue juzgado con Edmundo Campion y otros más, acusado de
haber ido a Inglaterra a provocar una rebelión. El beato hizo notar a sus
jueces: "La razón por la que se nos juzga es la religión, no la traición."
En tanto
que llegaba el día de la ejecución, Rodolfo escribió a varios amigos y a un tío suyo, que se hallaba
en Rouen y había ejercido anteriormente el ministerio sacerdotal en
Ingatestone. En esta última carta decía: "La inocencia es mi único consuelo
en medio de todas las acusaciones que se nos hacen a mis hermanos en el
sacerdocio y a mí... Quiera Dios perdonar tanta injusticia, convertir a
nuestros perseguidores y hacer de ellos maestros de la fe... Así pues, mi buen
Juan, ¡Adiós!" El 1º de diciembre
de 1581, fue llevado a Tyburn en la misma carreta en que iba Alejandro Briant.
Fue ejecutado después de Edmundo Campion. En el cadalso protestó que era
inocente de toda traición, profesó la fe católica y oró por la reina. La
multitud oraba en voz alta cuando fue ejecutado. Tenía entonces treinta y un
años de edad.
Rodolfo
Sherwin fue uno de los mártires
beatificados en 1886. Su fiesta se celebra en la diócesis de Nottingham. Fue el protomártir del
Colegio Inglés de Roma.
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