(250 P.C.) En cuanto se publicó el edicto de Decio contra los cristianos,
un cruel gobernador de la isla de Creta inició la persecución. Las víctimas más
distinguidas fueron los Diez Mártires de Creta: TEÓDULO, SATURNINO,
EUPORO, GELASIO, EUNICIANO, ZÓTICO, CLEOMENES, AGATOPO, BASÍLIDES y EVARISTO.
Los tres primeros
eran originarios de Cortina, la capital. Los jueces les ordenaron que
ofreciesen sacrificios a Júpiter, pues ese día se celebraba una fiesta en su
honor. Ellos replicaron que jamás ofrecerían sacrificios a un ídolo. El
presidente dijo: "Vais a ver lo que es el poder de los dioses, vosotros
que despreciáis a esta gran asamblea en la que se rinde culto a los
omnipotentes Júpiter, Juno, Rea y otras divinidades." Los mártires respondieron
que conocían perfectamente la leyenda de la vida de Júpiter, y que seguramente quienes
le consideraban como una divinidad debían tener por virtud el imitar sus
vicios.
La chusma hubiese
acabado ahí mismo con los mártires, si el gobernador no la hubiese contenido
para someterlos a la tortura. Los tres sufrieron con gran alegría. A los gritos
de la multitud, que los exhortaba a obedecer y ofrecer sacrificios para
salvarse, respondieron: "Somos cristianos, y preferiríamos morir mil
veces." Finalmente, el gobernador se dio por vencido y los condenó a morir
por la espada. Los mártires se dirigieron gozosos al sitio de la ejecución,
pidiendo a Dios que se mostrase misericordioso con ellos y con toda la
humanidad y que disipase las tinieblas de la idolatría entre sus compatriotas.
La multitud se dispersó después de la ejecución. Los cristianos sepultaron a
los mártires, cuyas reliquias fueron trasladadas más tarde a Roma. Los Padres
del Concilio de Creta (458) afirmaron en una carta al emperador León I que la isla
de Creta se había preservado hasta entonces de la herejía, gracias a la
intercesión de estos mártires.
Existen dos versiones de la pasión griega. La más fidedigna es la que editó
A. Papadopulos- Kerameus en sus Analecta, vol. IV, pp. 224-237. La
segunda forma parte de los escritos que suelen atribuirse a Metafrasto; puede
verse en Migne, PG., vol. CXVI,
pp. 565- 573. La tradición de este martirio se conserva muy viva en Cortina. La
población en la que tuvo lugar la ejecución se llama actualmente "Agioi Deka" (Diez
Santos); se conserva una dala rota, en la que hay diez depresiones, que, según
la tradición, señalan el sitio en el que se arrodillaron los mártires para
recibir el golpe fatal. Véase Analecta Bollandiana, vol. XVIII (1899), p.
280.
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