SAN LADISLAO,
Rey y Confesor
Todo árbol bueno produce buenos
frutos, y todo
árbol malo da frutos malos.
(Mateo, 7, 17).
Ladislao, primer rey de Hungría, unía a sus cualidades de héroe
las virtudes de un santo. Fue padre para su pueblo, sostén para la Iglesia, y
protector para los desventurados. Consagraba todo su tiempo a los deberes de su
cargo y a los ejercicios de piedad. Su reputación de sabiduría y de valentía
hizo que se le encomendase el mando de la gran cruzada contra los sarracenos.
En momentos en que se preparaba para ir a libertar la Tierra Santa, lo llamó
Dios a la celestial Jerusalén, el año 1095.
MEDITACIÓN: EL CRISTIANO
DEBE HACER MUCHAS BUENAS OBRAS
I. Hay árboles que producen hojas y flores, pero nunca frutos. Los
hipócritas son semejantes a estos árboles: tienen una devoción de escaparate y
de alarde. Todo lo que hacen, lo hacen únicamente para parecer virtuosos y
atraerse las alabanzas de los hombres. El vicio es horrible bajo cualquier
color que se presente: pero es infinitamente más horrible aun cuando se oculta
bajo las exterioridades de la virtud. (San Jerónimo).
II. Algunos árboles no dan frutos o no dan sino malos. Son los cristianos que
se entregan a sus pasiones, y no se preocupan en absoluto de corresponder a las
gracias y a las inspiraciones que Dios les envía. Para hacerlos volver en sí,
Dios los prueba mediante la enfermedad, los reveses de fortuna, la pérdida de
un pariente o de un amigo. No te asombres si cada día eres más probado, pues
cada día te haces más malo. (Salviano).
III. Hay árboles que dan fruto, pero en pequeña cantidad. ¿No eres
tú del número de estos árboles mezquinos para con la mano que los ha plantado?
¿No es verdad, acaso, que no produces sino pocas obras buenas, que no haces
sino aquello que estás obligado a hacer? y aun en esto faltas a menudo. ¿Dónde
estarías tú si Dios te tratase del mismo modo? ¿Estaba obligado acaso a
crearte, a conservarte, a redimirte, a colmarte de tantas gracias de elección?
¡Oh Dios mío, cuán generoso sois conmigo y cuán mezquino soy yo con vos! ¡Cómo
si no fuese trabajar para nosotros mismos el serviros!
El celo de las buenas obras
Orad por el aumento
de las obras de caridad.
ORACIÓN
Oh Dios, que todos los años nos dais un nuevo motivo de alegría
con la solemnidad del bienaventurado Ladislao, vuestro confesor, haced que
celebrando su nacimiento al cielo, imitemos sus obras. Por J. C. N. S. Amén.
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