Francisco de Zurbarán, Santa Casilda de Toledo, siglo XVII
Muchas iglesias de
España celebran en este día la fiesta de Santa Casilda, princesa mora, hija del
rey Al-Mamún de Toledo. Habiéndose convertido a la fe cristiana, se retiró a
hacer vida penitente y solitaria a un país montañoso del este de Burgos, en la
región de la Bureba. Allí se levanta en su honor un hermoso santuario en el
cual se venera su cuerpo incorrupto. Murió alrededor del año 1100.
Se la representa con un
montón de rosas en la falda para recordar el milagro de los panes que solía
llevar a los prisioneros cristianos y que un día, ante la severa vigilancia de
su padre, se convirtieron en rosas. Acuden muchos peregrinos a su santuario en
demanda de gracias, sobre todo el día de su fiesta, atraídos por la fama de la
laguna de San Vicente situada al pie del santuario. La devota Casilda acudió
precisamente a aquel lugar para buscar, en el baño de la laguna, la salud que
tenía quebrantada; y habiendo logrado su deseo se quedó allí para servir al
Señor, honrar a San Vicente y asegurar su virtud contra las insidias de sus
compatriotas los mahometanos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario