(¿Siglo VI?) - Aunque San Leonardo fue uno de los santos más populares en el occidente de Europa al fin de la Edad Media, su nombre no empezó a ser conocido sino hasta el siglo XI, cuando apareció una biografía suya que carece de valor histórico. Según esa biografía, Leonardo era hijo de un noble franco, a quien San Remigio había convertido al cristianismo. Clodoveo I, que era su padrino de bautismo, ofreció a San Leonardo una sede episcopal, pero éste no quiso aceptarla. En cambio, tomó el hábito en el monasterio de Micy, cerca de Orléans. Al cabo de algún tiempo, deseoso de mayor soledad, se retiró a un bosque, en las cercanías de Langres, donde se construyó una celda. Ahí moraba enteramente solo en la presencia de Dios, sin otro alimento que las frutas y verduras que cultivaba. Cierto día, Clodoveo llegó a cazar en aquellos parajes y su esposa empezó a sentir ahí los primeros dolores de un parto difícil. Pero al fin, la reina dio a luz felizmente, gracias a las oraciones de San Leonardo, por lo que Clodoveo prometió regalar a éste todas las tierras que pudiese recorrer en una noche al paso de su asno. San Leonardo estableció en sus vastos terrenos una comunidad que, con el tiempo, floreció extraordinariamente. En la antigüedad se llamó a aquel monasterio la abadía de Noblac, pero hoy recibe el nombre de San Leonardo. El santo evangelizó las regiones circundantes. Según se dice, murió ahí a mediados del siglo VI y fue muy venerado por sus virtudes y milagros.
A partir del siglo XI, la devoción a San Leonardo se popularizó mucho, sobre todo en el noroeste y el centro de Europa. Su nombre figura en muchos calendarios de Inglaterra, donde existen varias iglesias dedicadas a él. En el siglo XIII, la fiesta del santo en Worcester era, en cierto sentido, día de obligación de asistir a la misa y sólo estaba permitida cierta clase de trabajo, como el de arar la tierra. La iglesia de Noblac se convirtió en un importante centro de peregrinación. San Leonardo era el patrono de las parturientas y también de los prisioneros de guerra, porque, según la historia, Clodoveo había prometido poner en libertad a todos los prisioneros que el santo visitase. Del siglo XIV al XVIII, en una sola población de Baviera, se atribuyeron a la intercesión de San Leonardo más de 4,000 curaciones. Lo único que queda ahora de ese culto tan intenso, es cierta devoción popular local y la celebración de la fiesta en Limoges, Munich y algunos otros sitios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario