domingo, 18 de octubre de 2020

18 de octubre SAN LUCAS, EVANGELISTA

 Joaquin A. Wtewael, S. Lucas 1616, Londres

Joaquin A. Wtewael, S. Lucas 1616, Londres

(Siglo I) - Por San Pablo sabemos que San Lucas no era judío, ya que no le menciona entre sus colaboradores judíos (Col. IV, 10-11). El Apóstol refiere igualmente, que San Lucas le ayudaba en el trabajo de evangeliziiriún: "Marcos, Aristatco, Demas y Lucas, que comparten mis fatigas". Dado que Lucas era médico ("Lucas, el médico amado"), podemos suponer que cuidaba de la quebrantada salud de San Pablo. El Apóstol no hace alusión alguna a los escritos de Lucas y, si se refiere a él en II Cor. VIII, 18-19, como opinaba San Jerónimo, está fuera de duda que no habla ahí del Evangelio. La primera vez que Lucas habla en nombre propio y en primera persona, durante el ministerio del Apóstol, es cuando éste partió de Tróade a Macedonia (Hechos, XVI, 10). Seguramente que había empezado a ser discípulo de San Pablo algún tiempo antes y no volvió a separarse de él sino cuando era necesario para el bien de las Iglesias fundadas por el Apóstol. Es prácticamente cierto que San Lucas estuvo con San Pablo en los dos períodos que éste pasó en la cárcel en Roma. Según Eusebio, Lucas era originario de Antioquía. Probablemente era griego. El mismo nos dejó en los "Hechos" el relato de los viajes y tribulaciones que compartió con San Pablo.

En el prólogo de su Evangelio, Lucas nos dice que lo escribió para que los cristianos conociesen mejor las verdades en las que habían sido instruidos. Era, ante todo, un historiador y escribía principalmente para los griegos. El mismo nos indica sus fuentes. Como había muchos que relataban los sucesos tal como los habían oído contar a "aquéllos que fueron los primeros testigos y ministros de la palabra", también a él le pareció bien, "tras de haber estudiado los sucesos desde el principio", referirlos en una narración ordenada. Al Evangelio de San Lucas debemos el relato detallado de la Anunciación, de la visita de María a Isabel y de los viajes de Cristo a Jerusalén (IX, 51; XIX, 28), así como la narración de seis milagros y de dieciocho parábolas que los otros evangelistas no mencionan. San Lucas escribió los "Hechos" como una especie de apéndice de su Evangelio, para dejarnos un relato auténtico de las maravillas de la fundación de la Iglesia y de algunos de los milagros obrados por Dios para confirmarla. En los doce primeros capítulos, San Lucas refiere algunas actividades de los principales apóstoles después de la Ascensión del Señor. Del capítulo XIII en adelante, habla casi exclusivamente de las actividades y milagros de San Pablo, ya que había sido testigo presencial de muchos de ellos.

San Lucas acompañó a San Pablo en sus últimos días. En efecto, después de las famosas palabras que escribió a Timoteo: "Se acerca la hora de mi muerte. He luchado un buen combate. He terminado mi carrera. He guardado la fe ...", San Pablo concluye: "Sólo Lucas está conmigo." No sabemos a ciencia cierta qué hizo San Lucas después de la muerte del Apóstol. Las afirmaciones de los autores posteriores no concuerdan entre sí. Según una tradición muy antigua y muy extendida, San Lucas era soltero, escribió su Evangelio en Grecia y murió en Beocia, a los ochenta y cuatro años. San Gregorio de Nazianzo, quien murió el año 390, dice que predicó principalmente en Grecia y es el primero en afirmar que fue mártir, aunque sus palabras no son claras. En realidad, es muy dudoso que San Lucas haya sido mártir. El emperador Constantino II, fallecido en el año 361, mandó trasladar de Tebas de Beocia a Conslantinopla las supuestas reliquias del evangelista.

San Lucas es el patrón de los médicos y de los pintores. Un autor del siglo VI afirma que la emperatriz Eudoxia había enviado un siglo antes a Santa Pulquería, una imagen de Nuestra Señora, pintada en Jerusalén por San Lucas. Más tarde, se le atribuyeron otras pinturas, pero San Agustín afirma claramente que nadie sabía nada sobre el aspecto físico de la Santísima Virgen. En cambio, no cabe duda que las descripciones de San Lucas en sus escritos han inspirado a innumerables pintores. Los cuatro símbolos mencionados por Ezequiel se han aplicado a los cuatro evangelistas. El símbolo de San Lucas es el toro. San Ireneo dice que se trata de una alusión al sacrificio del que habla San Lucas al principio de su Evangelio.

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