Luca Giordano, Martirio de S. Bartolomé, 1652, Valencia
(¿Siglo III?) - Probablemente el nombre de Bartolomé no es propiamente el del Apóstol, sino simplemente un patronímico que significa "el hijo de Tolomai." Lo único que sabemos de cierto sobre San Bartolomé es que existió realmente. Muchos eruditos afirman que se identifica con Natanael, originario de Cana de Galilea, de quien dijo el Señor: "He aquí un verdadero israelita sin dolo ninguno." Las principales razones de esta identificación son que el nombre de Natanael no aparece en tres de los Evangelios, donde se citan siempre juntos a Felipe y Bartolomé, en tanto que, en el de San Juan se dice que Felipe y Natanael conocieron juntos al Señor. Por otra parte, el nombre de Natanael figura con el de los Apóstoles a quienes Cristo se apareció a orillas del mar de Galilea, después de su Resurrección (Juan 21:2).
El Martirologio Romano resume la tradición popular sobre San Bartolomé, y dice que "predicó el Evangelio en la India; habiendo ido después a la Armenia Mayor, convirtió a muchas gentes, por lo cual los bárbaros le despellejaron vivo, y el rey Astiajes le mandó decapitar..." Según la tradición, el martirio tuvo lugar en Albanópolis (actualmente Derbend, en la costa occidental del Mar Caspio). Bartolomé predicó también en Mesopotamia, Persia, Egipto y otros países. Eusebio (siglo IV) es el primero que hace mención de la India. En efecto, dicho autor refiere que San Panteno había ido a la India unos cien años antes ("para predicar a los brahamanes", según añade San Jerónimo) y encontró a algunos indígenas que conocían el nombre de Cristo; dichos indígenas le mostraron una copia del Evangelio de San Mateo, en caracteres hebreos y le dijeron que era la que llevaba San Bartolomé consigo cuando había ido a evangelizar el país. Pero debe advertirse que los escritores griegos y latinos de la época aplicaban el nombre de "India" a Arabia, Etiopía, Libia, Partía, Persia y las tierras de los medos. Probablemente el sitio en el que estuvo Panteno fue Etiopía o la Arabia Feliz, o ambas. Otra leyenda oriental afirma que San Bartolomé encontró a San Felipe en Hierápolis de Frigia y fue con él a Licaonia; San Juan Crisóstomo sostiene que San Bartolomé evangelizó a los licaonios. No es imposible que San Bartolomé haya muerto realmente en Armenia, como lo afirman unánimemente todos los historiadores posteriores de ese país; pero lo cierto es que los escritores armenios primitivos apenas hacen mención de San Bartolomé cuando hablan de la evangelización de su país. La leyenda de las translaciones de sus restos es todavía más complicada que la de sus viajes. Las pretendidas reliquias del Apóstol se hallan actualmente en Benevento y en la iglesia romana de San Bartolomé junto al Tíber.
El nombre de San Bartolomé no es tan famoso en los apócrifos como los de San Andrés, Santo Tomás y San Juan. Sin embarco, un escrito apócrifo, del que se conserva un texto griego y varias traducciones latinas, narra el apostolado y el martirio del santo. Según Max Bonnet (Analecta Bollandiana, vol. XIV, 1895, pp. 353-366), el original de dicho documento estaba redactado en latín; con menos probabilidad, Lipsius se inclina a pensar que el original era griego. No es imposible que el texto griego y el latino se deriven de un original sirio. Pueden verse los textos en Acta Sanctorum, agosto, vol. V; en Tischendorf, Acta Apostolorum Apocrypha, pp. 243-260; y en Bonnet, Act. Apocryph., vol. II, pte. I, pp. 128 ss. Existen también importantes fragmentos de un evangelio apócrifo de San Bartolomé (cf. Revue Biblique, 1913, 1921 y 1922), y se conservan huellas de unas Actas de Andrés y Bartolomé en copto. El evangelio apócrifo de San Bartolomé es uno de los textos que condenó el decreto seudogelasiano. El relato del martirio de San Bartolomé no dice que haya sido despellejado vivo antes de ser decapitado, pero el dato se halla en el Breviariuim Apostolorum, incluido en ciertos manuscritos del Hieronymianum. Probablemente, el cuchillo que aparece en tantas representaciones de San Bartolomé hace alusión al despellejamiento. Acerca de San Bartolomé en el arte, cf. Künstle, Ikonographie, vol. II, pp. 116-120. Acerca de la estancia de San Bartolomé en la India, cf. A. C. Perumalil, The Apostles in India (Patna, 1953).
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