LOS SANTOS "AUXILIADORES". — La piedad popular de la Edad Media ha dado a ciertos Santos el nombre de Santos "Auxiliadores" o "Auxiliares" por razón de las virtudes que se les atribuía, o de los sufrimientos, palabras y milagros que narraban sus Actas. Entre estos Santos—y ya hemos hallado muchos en el curso del Año Litúrgico— se encuentra el que la Iglesia celebra el día de hoy: S. Ciríaco. Su leyenda, que data del siglo V o VI, cuenta que tenía, en su oficio de diácono, un gran poder sobre el demonio, habiendo librado de él a la hija de Diocleciano y a la del Rey de Persia. Se le atribuye igualmente el poder de curar las enfermedades de ojos. La experiencia muestra, por lo demás, que la piedad de los fieles y su fe en la intercesión de los Santos no son vanas, y que Dios, por su oración, concede con frecuencia las gracias que se le piden con confianza.
Vida. — Hay que observar que no hay uno sino dos Ciríacos y nos faltan los detalles precisos sobre su existencia. Del primero puede decirse solamente que fué el fundador del título, o Iglesia que se encontraba cerca de las termas de Diocleciano. Esta Iglesia estaba ya en ruinas en el s. XVI y actualmente no queda nada de ella. El otro Ciríaco es de la época de las persecuciones. Fué enterrado juntamente con un grupo de mártires. Largo, Crescenciano, Memmia, Juliana y Esmaragdo en la vía Ostiense, no lejos de S. Pablo Extra-Muros. Honorio I, erigió en este lugar una basílica, mas habiendo sido esta abandonada en el s.IX, sus reliquias fueron repartidas por muchas iglesias.
La fiesta de este grupo de mártires es una de las más antiguas y la devoción de que son objeto muestra que su prestigio es grande ante Dios.
ORACIÓN. — "Oh Dios que nos alegras con la solemnidad anual de tus santos mártires Ciríaco, Largo y Esmaragdo, sednos propicio y concedednos la gracia de imitar el valor con el cual han sufrido aquellos cuyo nacimiento para el cielo nosotros celebramos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Así sea."
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