domingo, 11 de julio de 2021

VII Domingo después de Pentecostés



VII DOMINGO DESPUES DE PENTECOSTÉS
SEMIDUPLEX, verde
Gloria, Credo y prefacio de la Santísima Trinidad

Adherido el cristiano a su cabeza, Cristo, como las ramas al árbol que les da la vida, debe producir buenos frutos, so pena de ser cortado y echado al fuego. La amenaza es terrible. El valor y la autenticidad de una vida cristiana se prueban por las obras que produce. “Un árbol bueno produce buenos frutos” Aunque hay más debilidad que malicia en el desorden y vacío de bien de las vidas humanas, con todo, no es menos verdadera la apreciación de Cristo. Retengámosla para nosotros mismos en todo su rigor y desconfiemos de los «falsos profetas», que abundan en bellas palabras, sin enmendar su vida. Idéntico programa de íntegra lealtad, en la epístola, en la cual recurre san Pablo a las exigencias de nuestra vida de bautizados. Arrancados del pecado y consagrados a Dios, debemos mostrar en la práctica de una vida santa la misma entereza que otros, sin tener en cuenta la «justicia» cristiana, ponen en su vida de pecado.
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Si nos fijamos en la maravillosa propagación del Cristianismo por tantos y tan diversos pueblos, fácilmente comprenderemos por qué la Iglesia nos invita en el Introito de la presente dominica a la alabanza divina, al santo júbilo. El Hijo de Dios, a quien no quisieron reconocer los judíos, es adorado ahora por multitud de pueblos. Por este beneficio, del que todos somos deudores a la infinita misericordia de Dios, justo es que constantemente vivamos agradecidos y aclamemos al Señor con voces de júbilo. En la Colecta suplicamos a Dios que aparte de nosotros todos los males y nos conceda la abundancia de sus bienes, los cuales afirmarán más y más su dulce reinado en nuestros corazones. A que sirvamos a Dios con todas nuestras fuerzas, se dirige la Epístola que leemos en la Santa Misa. Nada se nos podía pedir más justo. Así como con nuestros miembros servimos a la iniquidad, así es muy debido que ahora usemos de los mismos para servir a Dios mediante la práctica de la virtud.  El Gradual no recuerda y enseña que el temor de Dios es el principio de la verdadera sabiduría. Finalmente, en el Evangelio nos previene Jesucristo para que nos guardemos de los falsos profetas. Y ¿cómo podremos distinguirlos de los verdaderos? Ved ahí la norma señalada por el divino Maestro: por sus frutos los conoceréis, es decir, por sus obras.

INTROITO Salmo 46, 2-3
Omnes gentes, pláudite mánibus: jubiláte Deo in voce exsultatiónis. V/. Quóniam Dóminus excélsus, terríbilis: Rex magnus super omnem terram. V/. Glória Patri et Filio et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amén
Batid palmas todas las gentes; vitoread a Dios con voces de júbilo. V/. Porque el Señor es el Altísimo, el terrible; es el rey grande de toda la tierra. V/.  Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre,  por los siglos de los siglos. Amén.

COLECTA
Pongamos totalmente nuestra vida en manos de Dios, que en su providencia divina sabrá lograr y mantener nuestro bien más segura y firmemente que nosotros.
Deus, cujus providéntia in sui dispositióne non fállitur: te súpplices exorámus; ut nóxia cuncta submóveas, et ómnia nobis profutúra concédes.  Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.
Oh Dios!, cuya providencia no se engaña en sus disposiciones; te suplicamos apartes de nosotros todo lo dañoso, y nos concedas todo lo saludable. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

EPÍSTOLA Romano 6,19-23
La libertad del cristiano consiste en estar libre de la esclavitud del pecado para entregarse sin reserva a la práctica del bien. Antes estaba consagrado a la muerte; ahora camina hacia la vida eterna.
Lectio Epistolæ beati Pauli Apostoli ad Romanos.
Fratres: Humánum dico, propter infirmitátem carnis vestræ: sicut enim exhibuístis membra vestra servíre inmundítiæ et iniquitáti ad iniquitátem ita, nunc exhibéte membra vestra servíre justítiæ in sanctificatiónem. Cum enim servi essétis peccáti liberi fuístis justítiæ. Quem ergo fructum habuístis tunc in illis, in quibus nunc erubéscitis? Nam finis illórum mors est. Nunc vero liberáti a peccáto, servi autem facti Deo, habétis fructum vestrum in sanctificatiónem, finem vero vitam ætérnam. Stipéndia enim peccáti, mors. Grátia autem Dei, vita ætérna in Christo Jesu Dómino nostro.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Romanos.
Hermanos: Hablaré a lo humano en atención a. la flaqueza de vuestra carne. Como habéis entregado vuestros miembros a la esclavitud de la impureza y la iniquidad, empleadlos ahora para que sirvan a la justicia para la santificación. Cuando erais esclavos del pecado, sacudisteis el yugo de la justicia. ¿Qué fruto sacasteis entonces de ello? Ahora os avergonzáis. Porque el fin de todo esto es la muerte. Mas ahora que estáis libres del pecado y habéis sido hechos siervos de Dios, cogéis por fruto vuestro la santificación, que tiene como fin la vida eterna. Porque la paga del pecado es la muerte; y el galardón de la virtud, la vida eterna en Jesucristo nuestro Señor.

GRADUAL Salmo 33, 12.6.
Veníte, fílii, audíte me: timórem Dómini docébo vos. V/.  Accédite ad eum, et illuminámini: et fácies vestræ non confundéntur.
Venid, hijos, y oídme; os enseñaré el temor del Señor. V/. Acercaos a él y seréis iluminados, y vuestros rostros no serán confundidos.

ALELUYA 46, 2
Allelúja, allelúja. V/.  Omnes gentes, plaudite manibus: jubilate Deo in voce exsultationis. Allelúja.
Aleluya, aleluya. V/. Batid palmas todas las gentes; vitoread a Dios con voces de júbilo. Aleluya.

EVANGELIO Mateo 7,15-21
La enseñanza de Jesús sobre los falsos profetas y sobre el árbol y sus frutos evoca toda una enseñanza bíblica. Dios pide ser amado y servido con sinceridad.
Sequentia sancti Evangelii secundum Matthæum.
In illo tempore: Dixit Jesus discípulis suis: «Atténdite a falsis prophétis, qui véniunt ad vos in vestiméntis óvium, intrínsecus autem sunt lupi rapáces: a frúctibus eórum cognoscétis eos. Numquid cólligunt de spinis uvas, aut de tríbulis ficus? Sic omnis arbor bona fructus bonos facit: mala autem arbor fructus malos facit. Non potest arbor bona fructus malos fácere: neque arbor mala fructus bonos fácere. Omnis arbor, quæ non facit fructum bonum, excidétur, et in ignem mittétur. Igitur ex frúctibus eorum cognoscétis eos. Non omnis qui dicit mihi, “Dómine, Dómine,” intrábit in regnum cælórum, sed qui facit voluntátem Patris mei, qui in cælis est, ipse intrábit in regnum cælórum.»

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
En aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos: Cuidaos de los falsos profetas que vienen a vosotros vestidos con piel de oveja, mas por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Por ventura se cogen uvas de los espinos, o higos de los zarzales? Así, todo árbol bueno da buenos frutos, y todo árbol malo produce frutos malos. No puede el árbol bueno dar malos frutos, ni el árbol malo darlos buenos. Todo árbol que no da buen fruto será cortado y echado al fuego. Así, pues, por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: ¡Señor, Señor!, entrará en el reino de los cielos; sino el que hiciere la voluntad de mi Padre celestial, ése es el que entrará en el reino de los cielos.
Se dice Credo

OFERTORIO Daniel 3, 40
Sicut in holocáustis aríetum et taurórum, et sicut in míllibus agnórum pínguium: sic fiat sacrifícium nostrum in conspéctu tuo hódie, ut pláceat tibi: quia non est confúsio confidéntibus in te, Dómine.
Como el holocausto de carneros y de toros, y los sacrificios de millares de corderos gordales, así sea hoy grato nuestro sacrificio en tu acatamiento, pues no son confundidos los que en ti confían, Señor.

SECRETA
Deus, qui legálium differéntiam hostiárum unius sacrifícii perfectióne sanxísti: áccipe sacrifícium a devótis tibi fámulis, et pari benedictióne, sicut múnera Abel, sanctífica; ut, quod sínguli obtulérunt ad majestátis tuæ honórem, cunctis profíciat ad salútem. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus,

Oh Dios!, que quisiste reemplazar las diferentes hostias de la antigua ley por un solo perfecto sacrificio; recibe el que te ofrecen tus devotos siervos y santifícalo con la misma bendición con que bendijiste el de Abel; y lo que cada cual ha ofrecido en honor de tu majestad, aproveche a todos para su salvación.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

PREFACIO
Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Qui cum unigénito Fílio tuo, et Spíritu Sancto, unus es Deus, unus es Dóminus: non in uníus singularitáte persónæ, sed in uníus Trinitáte substántiæ. Quod enim de tua gloria, revelánte te, crédimus, hoc de Fílio tuo, hoc de Spíritu Sancto, sine differéntia discretiónis sentimus. Ut in confessióne veræ sempiternáeque Deitátis, et in persónis propríetas, et in esséntia únitas, et in majestáte adorétur æquálitas. Quam laudant Angeli atque Archángeli, Chérubim quoque ac Séraphim: qui non cessant clamáre quotídie, una voce dicéntes:
En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor, santo Padre, omnipotente y eterno Dios, que con tu unigénito Hijo y con el Espíritu Santo eres un solo Dios, un solo Señor, no en la individualidad de una sola persona, sino en la trinidad de una sola sustancia. Por lo cual, cuanto nos has revelado de tu gloria, lo creemos también de tu Hijo y del Espíritu Santo, sin diferencia ni distinción, De suerte, que confe­sando una verdadera y eterna Divinidad, adoramos la propiedad en las personas, la unidad en la esencia, y la igualdad en la majestad, la cual alaban los Ángeles y los Arcángeles, los Querubines y  los Serafines, que no cesan de cantar a diario, diciendo a una voz.

COMUNIÓN Salmo 30, 3
Inclina aurem tuam, accélera ut erípias me.
Inclina a mí tu oído; apresúrate a salvarme.

POSCOMUNIÓN
Tua nos, Dómine, medicinális operátio, et a nostris perversitátibus cleménter expédiat, et ad ea quæ sunt recta, perdúcat.  Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.

Señor, que tu acción curativa nos libre de nuestras perversas tendencias y nos guíe a obrar lo que es recto. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

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