SANTA OLGA,
Emperatriz
Se venera a Santa Olga junto con su nieto, San Vladimiro, como a las primicias del cristianismo en Rusia. El monje Jacobo, en la grandilocuencia caracterÍstica del siglo XI, los llama "nueva Elena y nuevo Constantino iguales a los Apóstoles". Tanto Olga como Vladimiro eran bárbaros y crueles antes de su conversión. El prÍncipe Igor de Kiev, esposo de la santa, murió asesinado. Para vengarlo, Olga mandó dar muerte a los asesinos en calderos de agua hirviente y acabó, por medio de la traición, con centenares de sus partidarios.
Según la tradición popular, Olga fue la primera persona que recibió el bautismo en Rusia, pero está probado que eso es falso. Se cree que el bautismo de Santa Olga tuvo lugar en Constantinopla, hacia el año 957. La santa representa en cierto sentido, el elemento germánico de la evangelización de Rusia, ya que alrededor del año 959 pidió al emperador Otón I que enviase misioneros "a la tierra de Kiev", pero la misión de San Adalberto de Nagdeburgo fracasó. La santa no consiguió que su hijo Svyatoslav se convirtiese al cristianismo. A las instancias de su madre, el príncipe respondía, no sin razón: "Si me convierto a una religión extranjera, mis súbditos se reirán de mi".
Santa Olga murió a edad muy avanzada, el año 969. Su fiesta figura en el calendario ruso, en el ucranio y en algunos otros.
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