(725 P. C.) - Santa Berta nació en Francia aproximadamente en el 640, de Rigoberto, conde palatino bajo el reino carolingio de Clodoveo II (636-656), y de Ursona; a los veinte años casó, por motivos de estado, con un pariente del rey de nombre Sigfrido, y del matrimonio nacieron cinco hijas. Veinte años después, hacia el 680, queda viuda, y pudo abrazar por fin su vocación monástica, para lo que construyó dos casas de oración, pero, cuenta su leyenda, que se le apareció un ángel para indicarle que el lugar en el que debía fundar era el monasterio de Blangy, en Artois (Pas-de-Calais).
A ese monasterio se retiró con sus dos hijas mayores, Gertrudis y Deotila. Tras de establecer la disciplina religiosa en la comunidad, cedió a su hija Deotila el cargo de abadesa, y se retiró a una celda pequeña junto a la iglesia del monasterio, donde se dedicó a la penitencia y la oración. Murió en el 725, con unos 85 años. Sus reliquias fueron transportadas en 825 de Erstein a Estrasburgo, para salvarlas de las invasiones de los normandos, pero en 1032 fueron de nuevo llevadas a Blangy, que mientras tanto se incorporó a la Orden Benedictina.
Todos estos datos proceden de documentos muy posteriores y poco fidedignos. También es poco digna de crédito la leyenda de que un cierto Rogelio intentó casarse por la fuerza con la santa.
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