SAN ANDRÉS CORSINI,
Obispo y Confesor
n. 1302 en Florencia, Italia;
† 6 de enero de 1374 en Fiésole, Italia
Protector contra los desórdenes civiles, disturbios y motines.
Traemos siempre en nuestro cuerpo la mortificación de Jesús, a fin de que la vida de Jesús se manifieste también en nuestros cuerpos. (2 Corintios 4, 10)
+ San Andrés Corsino, de la Orden Carmelitana, Obispo de Fiésole y Confesor, cuya dichosa muerte se conmemora el día 6 de Enero.
+ En Roma, san Eutiquio, Mártir, el cual consumó un ilustre martirio y fue sepultado en el cementerio de Calixto; san Dámaso Papa honró más tarde su sepulcro con un epitafio en verso.
+ En Thmuis de Egipto, el martirio de san Fileas, Obispo de dicha ciudad, y Filoromo, Tribuno militar; los cuales, en la persecución de Diocleciano, no pudiendo ser persuadidos por los parientes y amigos a que mirasen por la propia vida, presentando ambos el cuello al cuchillo, merecieron del Señor la palma del martirio. Con ellos innumerable multitud de fieles de la misma ciudad, siguiendo el ejemplo de su Pastor, recibieron la corona del martirio.
+ En Fosombrone, los santos Mártires Aquilino, Gemino, Gelasío, Magno y Donato.
+ En el reino de Malabar, en la India oriental, san Juan de Britto, Sacerdote de la Compañía de Jesús; el cual, habiendo convertido muchos infieles a la fe, fue coronado con glorioso martirio.
+ En Troyes de Francia, san Aventino, Presbítero y Confesor.
+ En Pelusio de Egipto, san Isidoro, Presbítero y Monje, señalado en méritos y doctrina.
+ En Sempringham de Inglaterra, san Gilberto, Presbítero y Confesor, Fundador de la Orden de Sempringham.
+ En el pueblo de Amatrice, en el Abruzzo, el nacimiento para el cielo de san José de Leonisa, Sacerdote de la Orden de Menores Capuchinos y Confesor; el cual, habiendo padecido crueles tormentos de los Mahometanos por predicar el Evangelio, ilustre en trabajos apostólicos y milagros, fue puesto en el catálogo de los Santos por el Sumo Pontífice Benedicto XIV.
+ En Bremen, la conmemoración de san Remberto, que fue discípulo de san Anscario, y, en este día, el siguiente a la muerte de su maestro, fue elegido, en su lugar, Obispo de Hamburgo y Bremen.
+ En Bourges de Aquitania, santa Juana de Valois, Reina de Francia, Fundadora de la Orden de la santísima Anunciación de la Virgen santa María, ilustre por la piedad y por la singular participación de la Cruz, inscrita por el Papa Pío XII en el catálogo de las santas.
+ Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
SAN ANDRÉS CORSINI,
Obispo y Confesor
Este santo no respondió al principio a los cuidados de que lo hicieron objeto sus padres; pero a raíz del relato que le hizo su madre de un sueño maravilloso que tuvo a su respecto, fue Andrés a arrojarse a los pies de la Santísima Virgen y tomó la resolución de entrar en la orden del Carmelo. Nombrado a pesar de sus resistencias, obispo de Fiésole, redobló sus austeridades. Todos los días recitaba los salmos penitenciales y las letanías de los santos disciplinándose sin compasión. Murió el 6 de enero de 1373, a los 72 años de edad y a los 13 de su episcopado.
MEDITACIÓN SOBRE LA MORTIFICACIÓN
I. Es necesario mortificar el cuerpo para expiar el placer que has gustado en el pecado. No podrías satisfacer de otro modo a la justicia divina. Si no pagas tu deuda en esta vida, te será menester que la canceles en la otra. Elige. Es preferible soportar algo en este mundo, porque en él los sufrimientos son más llevaderos, más cortos y merecerán una corona en el cielo. En el purgatorio, la medida de nuestros suplicios será la de los placeres que hayamos gustado en este mundo; porque seremos castigados por aquello mismo por donde hayamos pecado (San Bernardo).
II. Es preciso mortificar los sentidos para no caer en pecado. Si te tomas la libertad de ver todo, de oír todo, de decir todo, pecarás a menudo. Acaso no sea pecado ver, oír, decir tal o cual cosa, pero, con frecuencia, te dispone a él. Si no te abstienes de las cosas permitidas, caerás pronto en las que están prohibidas. Vigila tus sentidos, son las puertas por las cuales entra el pecado mortal a tu alma. ¿Qué violencia haces a tus sentidos? Casi nada les rehusas, acaso nada.
III. Tus pasiones deben ser reprimidas tanto como tus sentidos; ellas son las que suscitan en tu alma esas tempestades en las que tan a menudo naufraga tu virtud; ellas son las que turban tu tranquilidad y te hacen desdichado. Examina, pues, con atención, cuáles son tus pasiones dominantes; son las víctimas que debes inmolar al pie de la Cruz. Adora lo que has quemado, quema lo que has adorado (San Remigio).
La mortificación.
Orad por la conversión de los pecadores.
ORACIÓN
Oh Dios, que sin cesar nos dais en vuestra Iglesia nuevos ejemplos de virtud, conceded a vuestro pueblo la gracia de seguir con perfección las huellas del bienaventurado Andrés, vuestro confesor pontífice, de modo que pueda un día participar en su recompensa. Por J. C. N. S.
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.
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