SAN MARTÍN I
Papa y Mártir
n. en Todi (Toscana), Italia;
† 655 en Cherson, Crimea
"Sufrid, pues, la corrección. Dios se porta con vosotros como con hijos. Porque, ¿cuál es el hijo, a quien su padre no corrige?" (Hebreos 12, 7)
+ San Martín I, Papa y Mártir, cuyo triunfo se conmemora el 16 de Septiembre.
+ En Vitebsk de Polonia, el martirio de san Josafat, de la Orden de san Basilio, Obispo de Poloczk y Mártir; el cual, en odio a la unidad y a la verdad católica, fue muerto cruelmente por los cismáticos, y puesto por el Sumo Pontífice Pío IX en el catálogo de los santos Mártires. Su fiesta se celebra el 14 de este mes.
+ En Alcalá de Henares, en España, el tránsito de san Diego, Confesor, de la Orden de Menores, distinguido por su humildad; a quien el Sumo Pontífice Sixto V puso en el catálogo de los Santos. Su fiesta se celebra el día siguiente.
+ En el Asia, el martirio de los santos Aurelio y Publio, Obispos.
+ En Erschen de Bélgica, san Livino, Obispo y Mártir, que, habiendo, convertido a muchísimos a la fe de Cristo, fue muerto por los Paganos. Su cuerpo fue más tarde trasladado al Puerto de Gante.
+ En Casimiria de Polonia, los santos Mártires Ermitaños Benedicto, Juan, Mateo, Isaac y Cristiano; los cuales, ocupados en el servicio divino, fueron por los piratas cruelmente atormentados y pasados a cuchillo.
+ En Sarzana, territorio de Sens, san Paterno, Monje y Mártir, el cual, mientras exhortaba a enmendar la vida a unos ladrones que le asaltaron en una selva junto a aquella ciudad, fue por ellos asesinado.
+ En Aviñón, san Rufo, que fue el primer Obispo de aquella ciudad.
+ En Colonia, el tránsito de san Cuniberto, Obispo.
+ En Tarazona de la España Tarraconense, san Millán, Presbítero, que resplandeció con innumerables milagros, y cuya admirable vida rescribió san Braulio, Obispo de Zaragoza.
+ En Constantinopla, san Nilo, Abad, que de Prefecto de aquella ciudad se hizo Monje, y reinando Teodosio el Joven resplandeció en santidad y doctrina.
+ Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
SAN MARTÍN I
Papa y Mártir
San Martín, Papa, fue puesto en prisión por orden de Constante II, emperador de Oriente, por haber condenado la herejía de los monotelitas. Permaneció 92 días sin ver a nadie, después de lo cual fue exilado en el Quersoneso. Jesucristo estaba siempre presente a su espíritu, y el pensamiento de que sufría por su causa constituía su único e inmenso consuelo. Murió en el destierro, como consecuencia de la miseria y malos tratos que se le hizo sufrir, el año 655, después de 6 años de pontificado.
MEDITACIÓN
SOBRE LAS PENAS DEL PECADO
I. Tal es el odio de Dios por el pecado, que no hay suplicios que no emplee para castigarlo en esta vida y en la otra. En esta vida, el pecado nos priva de la gracia de Dios, echa al Espíritu Santo de nuestro corazón y nos despoja de la calidad de hijos de Dios para hacernos esclavos del demonio. Por el pecado, perdemos nuestros derechos al cielo y los méritos que hemos adquirido mediante nuestras buenas obras. En una palabra, nos hacemos enemigos de Dios y objeto de su cólera. Un solo pecado mortal atrae sobre nosotros todos estos males.
II. En la otra vida, un solo pecado mortal nos precipitará al infierno, es decir, que el pecador perderá el paraíso y será privado de la vista de Dios; será atormentado en todas las partes de su cuerpo y en todas las facultades de su alma durante toda la eternidad. Así es como los demonios y los condenados desde ahora son castigados; y es justo que sean castigados durante toda la eternidad, porque han querido vivir sin fin para pecar sin fin (San Gregorio).
III. No puedes proporcionar mayor placer al demonio, tu más cruel enemigo, que ofendiendo a Dios. Nada puedes hacer más desagradable a Dios, a Jesucristo, a la Santísima Virgen y a toda la corte celestial, que cometer un pecado. Nada puedes hacer más perjudicial a tu alma. ¡Desventurado de mí! ¿por qué precipitarme tan contento en el infierno? ¡Para agradar al demonio, que nunca me hizo sino mal, ofendo a Dios que tanto me ha amado!
La huida del pecado
ORACIÓN
Pastor eterno, considerad con benevolencia a vuestro rebaño, y guardadlo con protección constante por vuestro bienaventurado mártir y Soberano pontífice Martín, a quien constituisteis pastor de toda la Iglesia. Por J. C. N. S.
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo IV, Patron Saints Index.
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